Paz para Colombia

Manos - O.Guayasamin

Miguel Ángel Sandoval
Contra todo pronóstico, apenas este 7 de mayo se conoció en Colombia, por medio de los diarios El Tiempo y El Espectador, entre otros, que en el Vaticano, el Cardenal Darío Castrillo, se había entrevistado por la vía telefónica con voceros de las FARC y del ELN. Y de acuerdo con la versión que publica el Tiempo, manifiestan con la mayor seriedad del mundo, y por una vía incuestionable como es el religioso que, “Quieren saber con quién hablar, dónde hablar y con qué seguridades. En este momento el Presidente sabe, por una fuente segura que soy yo, que gente que está en la oposición armada está dispuesta a dialogar en este momento.”

Con esta declaración del Cardenal Castillo, se caen de viaje todas las declaraciones del presidente Uribe, pues éste se ha dedicado a confundir a sus amigos, o colegas, como al presidente de Guatemala Álvaro Colom, que el tema depende solo de la liberación de los secuestrados, rehenes o prisioneros en poder de las FARC y del ELN. Con lo cual trata de presentar una visión que no corresponde a la realidad colombiana.

Lo novedoso de esta declaración del Cardenal desde el Vaticano, es que hace referencia a conversaciones con dos voceros de dos organizaciones que no han sido precisamente unánimes en sus tiempos políticos, pero que ahora, coinciden con un interlocutor para decir lo mismo: queremos saber donde y cuando. Y con esto Uribe esta con la bola en su campo. Le toca la próxima movida.

Pero además, esta declaración del Cardenal, coincide, en esencia, con la expresada por la senadora Piedad Córdova que mantiene la idea de hacer todos los esfuerzos por la paz en ese país, al tiempo que señala que no se vale hacer del proceso de paz indispensable, un tema de campaña electoral como lo pretende Uribe. Para la senadora, la paz es un proceso político no necesariamente electoral. Y por ello está en línea con lo que señala el Cardenal Castrillo.

De todas formas, como lo dice con mucha lucidez la senadora, “Esto no da votos. Hay mucha gente que vive de la paz, monta ONG y saca libros, pero se necesita voluntad de servir para asumir los riesgos necesarios para llegar a donde haya que llegar por la paz. En ese recorrido creo que la paz en Colombia, sin condiciones, deberá contar con muchos amigos y amigas, dentro y fuera del país.

Por todo lo señalado, me parece que como en todo proceso de búsqueda de una salida política a situaciones de conflicto armado, nada es fácil, nada es de una sola vía y nada se construye con declaraciones altisonantes como las de Álvaro Uribe. Es por ello, tiempo para la negociación política en ese hermano país.