guerrilla con secuestros y extorsiones.
Su perfil político y cultural es fundamentalmente conservador, clerical, reaccionario.
Los
empresarios modernos (tanto del campo como de la ciudad) que se han
"transnacionalizado" comprenden que en este momento es fundamental para
ellos, para salvarguardar su modelo e insertarse más en el mundo
globalizado (o sea, ser mejores socios de las transnacionales), la
terminación del conflicto armado.
Este sector está interesado en la integración con la región y no se
detiene ante el discurso ideológico de otros gobiernos, pero sólo le
interesan los negocios.
El sector de Uribe, profundamente
reaccionario y anticomunista, prefiere sacrificar algunos negocios a
integrarse con gobiernos y economías, que según ellos van hacia el
comunismo. (df)
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