Algunos compañeros me han escrito – un poco alterados – por lo que consideran una “traición” o inconsecuencia entre lo planteado en el artículo “Nueva situación política” y lo que había venido defendiendo anteriormente en otros artículos (“La propuesta es la clave”, “Vuelve la mula al máiz”, y otros).
Es claro que estoy volviendo a lo esencial de la propuesta planteada por el senador Petro denominada “Acuerdo por la Verdad”. ¿Qué ha motivado ese cambio? Dos hechos trascendentales que no se pueden soslayar: 1) Uribe va con todo a tratar de cerrar los mínimos espacios democráticos que todavía existen en el país, y 2) El Polo no fue capaz de construir una propuesta y una estrategia para el momento político, y en vez de salir unificado y fuerte del Congreso, salió debilitado y dividido del mismo.
Éste último hecho hay que remarcarlo. El II congreso del PDA se limitó a ser un “muñequeo” entre las diversas tendencias por el control del aparato burocrático. No se discutió a fondo una propuesta política para colocarse al frente de la confluencia democrática que se aprobó impulsar (el único que presentó una propuesta en esa dirección fue Gustavo Petro). Por el contrario en diversas intervenciones de representantes de la “izquierda tradicional”[1] lo que se plantea es apostar al todo o a nada. Con esa posición no es posible hacer verdadera política.
Hay compañeros (as) que se quedan mirando hacia atrás. Se preguntan: ¿Quién tuvo la culpa?
Hay compañeros (as) que se quedan mirando hacia atrás. Se preguntan: ¿Quién tuvo la culpa?
Creo que todos tenemos la culpa y por ello, debemos rectificar. El senador Petro por jugar a acuerdos burocráticos con el sector de Dussán y los hermanos Moreno (elección del Procurador) que le hicieron creer que ya tenía las mayorías del Polo, lo cual explica su carta del 24.12.08 a César Gaviria. Ello lo lleva a posteriores errores como el de abrir el debate de clientelismo en la alcaldía de Bogotá, no con la intención de posicionar esa discusión de frente a la ciudadanía sino con el fin de debilitar a Samuel Moreno y obligarlo a hacer acuerdos hacia el congreso. Esa fue la sensación que quedó en el ambiente.
La izquierda tradicional también tiene sus culpas, y graves. La alianza con el “sector burocrático” - que le permitió tener las mayorías en el Congreso - le impide mantener una posición independiente y crítica frente a la forma como se dirige la administración distrital de Bogotá y a otros comportamientos similares. Además, con la jugada de última hora para conseguir la elección del maestro Gaviria a la presidencia del Polo, deterioraron las relaciones con sectores que han demostrado seriedad política como el que encabeza el senador Avellaneda y otras agrupaciones independientes. Se mostró intolerancia y sectarismo.
Los sectores independientes también tenemos graves culpas. No nos organizamos para jugar con propuestas propias y poder actuar como fiel de la balanza, que era el papel que realizaron la dupla Carlos Gaviria-Antonio Navarro en la fundación del Polo y su primer Congreso. Los sectores independientes, por nuestra historia y relaciones con el movimiento social, somos los llamados a atacar los graves vicios que se empiezan a identificar en nuestro ejercicio político. Pero no lo hemos hecho con la suficiente fuerza. Al no estar unidos y organizados nos alineamos espontáneamente, sumándonos a uno u otro lado, no con base en una valoración del momento, sino por simpatías personales.
Y el sector burocrático, que en últimas, no ha cometido errores. Ellos actúan en consecuencia. Fueron los ganadores del Congreso, obtuvieron la alianza mayoritaria para respaldar al alcalde Moreno, tratar de ocultar sus maniobras politiqueras, y seguir horadando al interior del partido con todo tipo de prácticas clientelistas que la izquierda tradicional no ha enfrentado, y que Petro ha denunciado pero sin la claridad y oportunidad del caso.
Deberíamos aprovechar la semana santa para unos retiros espirituales. El compañero Petro debería producir un hecho político rectificando su posición para poder liderar realmente la estrategia aprobada en la reunión del 27 y 28 de marzo del “sector democrático”. Las actuaciones del Procurador Ordóñez han demostrado que el voto por él fue un mayúsculo error, que debería ser rechazado por todos los parlamentarios que votaron por él. Y, el debate sobre Bogotá debe ser puesto en su verdadera dimensión, que va más allá de los problemas internos del Polo.
Admito a quienes me han escrito, que la situación no es fácil. Entre las reflexiones que planteo para esta semana me gustaría que se revisara la validez de seguir pensando los comportamientos políticos en términos de "fieles y traidores". O estás conmigo o estás contra mí, es una fórmula guerrerista, “premoderna”, antidemocrática, y clerical.
Si superamos los “dolorosos” podremos aspirar a los “gloriosos”.
[1] Ver intervención de Jorge Enrique Robledo: “Debemos ir con candidato y programa propios a las elecciones de 2010”.
Si superamos los “dolorosos” podremos aspirar a los “gloriosos”.
[1] Ver intervención de Jorge Enrique Robledo: “Debemos ir con candidato y programa propios a las elecciones de 2010”.
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