martes, 20 de enero de 2009

Gaza sin bombas ¿hasta cuando?

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El gallo palestino

Tito Pulsinelli


También ayer –domingo- cayeron 12 cohetes más allá de la frontera de Israel, en aquellos territorios que solían pertenecer a los palestinos, hoy encerrados en el gueto de Gaza. También ayer, como al principio de la invasión y de las destrucciones indiscriminadas de seres humanos y objetos que han indignado al mundo.

Sin embargo, ayer el gobierno de Tel Aviv suspendió unilateralmente las acciones bélicas y empezó a retirar la armada. Hamas dijo, "de acuerdo, tienen una semana para la retirada completa y para la apertura de las fronteras".

Parece la secuencia de una película en la que la trama se revela totalmente diferente de los manifiestos y de la campaña publicitaria para su lanzamiento en el mercado. ¿Qué ocurrió? ¿Qué indujo al cambio repentino a los que habían hecho oídos sordos a las condenas urbi et orbi? ¿Qué fue lo que ablandó los corazones de piedra que habían rechazado con desdén las condenas del Consejo de Seguridad y de la Asamblea General de la ONU? ¿Y luego las de la Cruz Roja Internacional, de Amnestía Internacional y de la mayoría de los gobiernos de Países no europeos?

¿Es el "primer milagro" de Obama? ¿Acaso Tel Aviv no quiere aguar su fiesta de toma de posesión de la Casa Blanca? Sin embargo, doce cohetes Kassam han sido lanzados también ayer. Lo que demuestra que Hamas sigue en pie y que para destruirlo se necesita conquistar palmo a palmo su territorio, casa por casa, piso por piso.
La operación militar israelí se detuvo antes, no cruzó esa línea, que es la de la "guerra asimétrica" ortodoxa en la que se estancaron Estados Unidos en Irak y la OTAN en Afganistán.
Es el umbral en el que la tecnología bélica y los tecnoguerreros pierden superioridad y se vuelven bastante vulnerables. Y se necesita conquistar la mente, los corazones, no sólo espacio urbano.

Cuando no se puede aniquilar a un enemigo, sería sabio negociar y encontrar soluciones que sean algo más que un nuevo intervalo hasta el siguiente recrudecimiento de violencia. Tel Aviv y –sobre todo- sus patrocinadores nada pueden hacer contra "el arma demográfica" palestina y la fuerza de una resistencia decidida a ya no dar marcha atrás.

Que los patrocinadores digan claramente si el 15% del territorio residual es demasiado –o demasiado poco- para un Estado palestino. Que digan abiertamente que Palestina no es "una tierra sin pueblo para un pueblo sin tierra" y que borren este dogma sionista asumido como mito fundador y doctrina del Estado de Israel.

Mientras tanto, el derrotado número uno es el mito de la omnipotencia y invencibilidad militar de los guerreros de Israel. ¿Una superpotencia nuclear contra un grupo de terroristas? En apenas dos años ha tenido que retroceder frente al partido-milicia de Hezbollah; y hoy no ha podido desintegrar a Hamas, es más le confirió un gran prestigio y respiro político.
Contra la lógica inexorable de la guerra, en la sociedad civil internacional se ha arraigado la práctica del boicot como instrumento de presión concreto, no violento, desde abajo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Moratinos, un político de raza:

http://lagranhoguera.wordpress.com/2009/02/02/moratinos-ese-gran-politico/

¿Blanca o ibérica?

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