TP - Los recortes que sufren los pensionados en Europa y la agresión abierta al sistema de seguridad social para la juventud, responden de manera milimétrica a la filosofía del darwinismo social de los centros del poder financiero global. En el estudio "Activos Seguros: ¿Piedra Angular del Sistema Financiero? - Informe sobre la estabilidad financiera mundial (GFSR)", de abril de 2012, el FMI muestra su rostro sin máscara. Preparado por Silvia Iorgova (jefa del equipo), Abdullah Al-Hassan, Ken Chikada, Maximilian Fandl, Hanan Morsy, Jukka Pihlman, Christian Schmieder, Tiago Severo y Tao Sun, dicen en claras letras que la prolongación de expectativa de vida -que ellos llaman riesgo de longevidad- es un lujo innecesario, incompatible con la
expectativa de lucro de las empresas. Estos nuevos adeptos de Tohmas Malthus, sin ruborizarse, expresan con claridad la esencia de las políticas impuesta por el FMI a las naciones y los pueblos. Cabe recordar que esta institución se financia con las contribuciones financieras aportadas por los gobierno del mundo, vale decir que se nutre de dinero público. Sin embargo, actúa como un banco privado y utiliza el dinero de los contribuyentes para privatizar empresas de los Estados, para traspasarlas a las multinacionales occidentales, o para socavar y liquidar el sistema de seguridad social y pensiones edificado en un siglo de lucha por los pueblos del mundo. Aquí publicamos parte del documento del FMI que se desvela por el "alto costo del envejecimiento" ajeno.
"Vivir hoy más años es un hecho muy positivo que ha mejorado el bienestar individual. Pero la prolongación de la esperanza de vida acarrea costos financieros, para los gobiernos a través de los planes de jubilación del personal y los sistemas de seguridad social, para las empresas con planes de prestaciones jubilatorias definidas, para las compañías de seguros que venden rentas vitalicias y para los particulares que carecen de prestaciones jubilatorias garantizadas.
Las implicaciones financieras de que la gente viva más de lo esperado (el llamado riesgo de longevidad) son muy grandes. Si el promedio de vida aumentara para el año 2050 tres años más de lo previsto hoy, los costos del envejecimiento —que ya son enormes— aumentarían 50%.
El riesgo de longevidad es un tema que exige más atención ya, en vista de la magnitud de su impacto financiero y de que las medidas eficaces de mitigación tardan años en dar fruto.
Para neutralizar los efectos financieros del riesgo de longevidad, es necesario combinar aumentos de la edad de jubilación (obligatoria o voluntaria) y de las contribuciones a los planes de jubilación con recortes de las prestaciones futuras.
Los gobiernos deben:
i) reconocer que se encuentran expuestos al riesgo de longevidad,
ii) adoptar métodos para compartir mejor el riesgo con los organizadores de los planes de pensiones del sector privado y los particulares,
iii) promover el crecimiento de mercados para la transferencia del riesgo de longevidad, y
iv) divulgar mayor información sobre la longevidad y la preparación financiera para la jubilación".
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