¿Cómo defender a los incautos "ahorradores" sin exculpar al gobierno?
LO QUE IMPLICA LA FÓRMULA DE PETRO
Fernando Dorado
Sorprende la fórmula planteada por el compañero Gustavo Petro para darle salida al problema que viven los "ahorradores" de las "parafinancieras" o pirámides.[1]
Dicha solución tiene un claro sesgo oportunista. Se percibe la intención de ganar opinión, respaldo y muy seguramente votos, con una fórmula demagógica y populista que fácilmente puede ser recogida e implementada por Uribe.
¿Qué haríamos si fuéramos gobierno? ¿Cuál sería la actitud de una dirigencia democrática, honesta y honrada? Colocaría el interés general de toda la sociedad por encima de cualquier cálculo político esforzándose por dejar un precedente importante para las nuevas generaciones. El aleccionamiento y el aprendizaje colectivo serían su gran preocupación.
Reconocer la falta, es el primer paso obligado. Uribe la ha reconocido pero no la ha asumido. Ahora viene el compañero Petro en su auxilio y le organiza una fórmula absolutamente complaciente. Hay que recordar que en este caso es más grave la falta porque la omisión gubernamental está viciada de complicidad con la mafia.
Buscar la forma de reparar la falta, es el segundo paso. La reparación está íntimamente ligada a la justicia. Tendría que diseñarse una fórmula en donde se identifiquen los diversos actores y sus correspondientes responsabilidades.
De allí se desprende que en justicia, hay unos perpetradores directos, unos responsables indirectos, y en este caso, unas víctimas ("ahorradores") que de alguna forma tienen un grado de responsabilidad ya que jugaron al riesgo sabiendo que eran negocios ilegales.
¿Cómo así que la fórmula de Petro no ataca el problema de la responsabilidad de los funcionarios gubernamentales, empezando por el presidente Uribe, seguido de sus ministros (Hacienda, Interior y de Justicia, y Comercio), así como toda la cúpula de tecnócratas de las diversas entidades encargadas de la vigilancia y control de las empresas captadoras de ahorros?
Tampoco se denuncia con toda fortaleza el contubernio que existió entre el gobierno, la banca oficial y los medios de comunicación, sobre todo en la forma como se atacó el problema, manipulando a los "inversionistas" para generar la "conmoción social" que le permitiera al gobierno tratar de salir bien librado, ocultando su responsabilidad absoluta con el delito y la estafa cometida?
Los funcionarios gubernamentales deben pagar el costo político, administrativo, judicial y patrimonial. En eso no puede haber dudas. A los delincuentes hay que castigarlos severamente y obligarlos a devolver lo máximo que se pueda. Y, los temerarios "ahorradores" deben saber, desde un inicio (y ellos lo saben) que no hay posibilidades de recuperar todo, y que muy seguramente, sólo alcanzarán a recuperar un porcentaje de lo depositado. Ello será parte de la lección social que aprendamos todos.
Otra cosa muy diferente es diseñar unas herramientas de estímulo financiero a las economías de las regiones afectadas, lo que implica un debate profundo sobre la situación de la actividad productiva, sobre todo en este caso, el estado de la economía campesina y de la microempresa. Y debe involucrar una serie discusión al sistema financiero y a las políticas gubernamentales.
En conclusión, los demócratas colombianos no podemos aliarnos con Uribe para construir salidas demagógicas y populistas. Si queremos construir comportamientos éticos y salidas políticas de largo plazo debemos ayudarle a nuestra sociedad a reconocer el valor del trabajo como único factor de generación de riqueza social, poniendo de presente que el trabajo humano es absolutamente subvalorado por la abusadora y parásita burguesía monopolista transnacional que todos los días diseña formas de sobreexplotación de los trabajadores del mundo entero.
Esta experiencia nos sirve para desenmascarar el pensamiento económico capitalista y la ideología neoliberal que coloca a la especulación financiera como uno de los fundamentos indispensables del crecimiento económico.
En esa tarea debemos esforzarnos por hacer ver que las diferencias entre las pirámides legales (bancos e instituciones financieras) y las pirámides ilegales ("parafinancieras"), no sólo son mínimas, sino que las formas de especulación ilegal aparecen como consecuencia del manejo privado de carácter monopólico de un sistema bancario que está al servicio de una pequeña elite todopoderosa y corrupta.
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El análisis de lo que está en el trasfondo de la propuesta de Petro es un excelente tema para ser abordado en los debates que hay que impulsar de cara al II Congreso del Polo: ¿En que consiste nuestra estrategia actual? ¿Cuál es la tarea central de las fuerzas democráticas colombianas? ¿Ayudamos a agudizar las contradicciones que se están "cocinando" al interior del régimen mafioso para poder derrotar el modelo capitalista corporativo globalizante que lo sostiene y requiere, o desarrollamos una estrategia puramente electorera en donde para ganarnos unos "voticos" nos ubicamos en el terreno de armar fórmulas efectistas - de corto plazo - que no ataquen las causas estructurales de los problemas?
Mucho ojo amigo Petro y demás compañeros… esas fórmulas son de doble filo: pueden ayudarle a Uribe a salir del embrollo, pero éste también puede utilizarlas en nuestra contra, echándonos encima al resto de la sociedad no comprometida con los negocios de las "parafinancieras".
Las fuerzas democráticas vienen avanzando… por tan poco, no arriesguemos lo avanzado.
[1] Ver: Gustavo Petro lanzó propuesta para el salvamento de los ahorradores en las pirámides. 21-11-08. página Web http://www.polodemocratico.net/
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