María Suárez Toro
Puerto Príncipe, Haití, febrero (SEMlac).- Una investigación acerca de los niveles de violencia de género presente en los campamentos en Haití evidencia una relación entre el incremento de estas formas de violencia y la pobreza.
El estudio titulado "Louvri (en creole: ´un ojo abierto´): Reduciendo la vulnerabilidad a la violencia sexual en los campamentos en Haití" revela que, en 14 por ciento de las carpas entrevistadas al menos una persona ha sido víctima de violación o asalto desde el terremoto. La encuesta fue realizada en creole en 365 carpas de campamentos.Las cifras oficiales dan cuenta de que más de medio millón de personas viven en campamentos que se instalaron después del terremoto del 12 de enero de 2010 en la capital haitiana.
Realizado por Human Rights and Global Justice (CHRGJ) and the Global Justice Clinic (GJC) at New York University School of Law, el estudio fue presentado el 23 de enero en Nueva York y Puerto Príncipe.
La directora de la indagación, Margaret Satterthwaite, del Centro académico Human Rights and Global Justice (CHRGJ), dijo en Nueva York que "nuestro reporte sustenta lo que muchas organizaciones de mujeres haitianas han venido diciendo desde el terremoto: quienes tienen dificultades para obtener recursos básicos como agua potable, letrina y alimentación son más vulnerables a la violencia sexual. Urgen mejoras en las condiciones de empoderamiento económico de las mujeres", señaló.
El estudio aparece en un momento en el que han surgido varias denuncias acerca de la precariedad de las condiciones en los campamentos.
La Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA, en inglés), ha declarado en su comunicado de prensa, dos años después del terremoto, que Haití aún vive una situación de crisis humanitaria.
Destaca entre sus indicadores que más de 500.000 personas permanecen en campamentos improvisados en las calles, la epidemia de cólera causó 7.000 muertes y la inseguridad alimentaria afecta a 45 por ciento de la población de 10 millones de habitantes.
OCHA sostiene que se ha comprobado un deterioro en la calidad del agua que reciben quienes ocupan los campamentos, lo que coincide con el final de la distribución gratuita de agua allí a través de camiones cisterna.
"Alrededor del 47 por ciento de las pruebas de agua realizadas en los campamentos son de mala calidad, en comparación con 29 por ciento detectado a principios de diciembre pasado", precisó el organismo al informar, además, que sólo 55 por ciento de los habitantes en campamentos recibe agua tratada con cloro.
Una experiencia que evidencia la labor de las propias mujeres y sus organizaciones en los procesos de empoderamiento económico de las mujeres en los campamentos es la que desarrolla la organización no gubernamental dominicana Movimiento de Mujeres Dominico/Haitianas (MUDHA), en la ciudad portuaria de Leogane, localizada 12 millas ( 25 kilómetros ) al oeste de la ciudad capital.
"Cuando llegamos a Haití, dos días después del terremoto, constatamos que una vez más las mujeres iban a quedar a cargo de toda la sobrevivencia, sin los apoyos para mitigarla" explicó a SEMlac Marisol Báez, coordinadora de MUDHA en Leogane.
Añadió que pudieron constatar que la violencia contra las mujeres se incrementó en los campamentos cuando las propias afectadas empezaron a contar sus historias acerca de la forma en que se les ofrecía ayuda ligada a otros favores.
Han creado la Casa Nueva Esperanza en la localidad. En ella las mujeres de los campamentos elaboran productos orgánicos de limpieza y de belleza, cosen sábanas, colchas y ropa, y elaboran materiales ornamentales de construcción.
Del análisis acerca de la discriminación que constataron, surgió ese proyecto diseñado con las primeras 180 mujeres para crear condiciones de lo que Báez denomina "la independencia económica", para poder tomar otras decisiones.
Las primeras graduadas han organizado en Casa Nueva Esperanza un sistema colectivo de producción, mercadeo, distribución y administración que les ha permitido subsanar algunas necesidades sin tener que recurrir a prácticas de subordinación que las vulnerabilizan.
Báez explicó que no solo producen sino que hacen trabajo de incidencia para que las autoridades locales asuman su responsabilidad de diseñar políticas públicas acordes con los derechos de las mujeres.
"MUDHA se ha caracterizado por trascender el asistencialismo trabajando con las autoridades para que asuman sus responsabilidades también" concluyó.maria2003@racsa.co.cr
No hay comentarios:
Publicar un comentario