domingo, 13 de enero de 2013

Colombia: ¿Mantener el cese de fuego unilateral?

Fernando Dorado
A menos de 10 días para que se cumpla la fecha de terminación del cese de fuegos declarado por las insurgentes FARC desde el 20 de noviembre del año pasado (2012), vale la pena preguntarse si para las mismas FARC no fuera conveniente alargar dicho periodo. Colombia ha sentido el impacto del cese de fuegos. No sólo lo ha sentido el pueblo colombiano sino que el gobierno lo ha re-sentido. De allí su desesperación por provocar combates, causarle bajas a la insurgencia y generar todo tipo de hechos para
desvirtuar la decisión tomada autónomamente por las fuerzas guerrilleras.  
Una medida de ese tipo es un acto político de gran calado. Envía un mensaje de Paz que va más allá de las palabras. “Suspensión de acciones ofensivas” decía el mensaje a los colombianos. A pocos días de que finalice ese plazo se puede afirmar que para las FARC ha sido un absoluto éxito haber declarado ese cese de fuegos.

Podemos sacar las siguientes conclusiones:
1. El cese de fuegos ha enviado una señal de que las FARC van en serio por la Paz y coloca al gobierno en la posición de guerrerista, de no ser condescendiente con el anhelo de Paz que se advierte entre las mayorías de los colombianos. 
2. Tal acción confirma ante la opinión nacional que los insurgentes son absolutamente conscientes de los inmensos sacrificios que significa la guerra para nuestro pueblo.

3. Dan a entender que valoran – en este momento – más la lucha política por conquistar el corazón de los colombianos (no violencia) que la misma actividad de combatir a las fuerzas militares oficiales o causar hechos de sabotaje a la infraestructura productiva.
4. Muestran unidad de mando y gran capacidad operativa, ya que mantener un cese de fuegos puede ser tan importante y difícil como mantener los combates.
5. Les ha callado la boca a quienes en un principio descalificaron la medida y salieron a decir que las FARC no pasarían del simple pronunciamiento.

Tal cese de fuegos unilateral seguramente le permite a los insurgentes hacer importantes balances de su accionar, fortalecer la capacidad política e ideológica de sus combatientes y realizar contactos políticos con la población en nuevas condiciones de operatividad.
De mantenerse o alargarse el período del cese de fuegos – más allá de una época navideña y festiva – la guerrilla de las FARC le estaría colocando toda la presión al gobierno de cara a concertar un cese de fuegos bilateral, lo que le daría mayor empuje al proceso de Paz.  

Es evidente que se requiere mayor presión política de parte de las fuerzas democráticas y populares para conseguir un cese de fuegos bilateral. Tal vez por la época de festividades ese esfuerzo no se haya notado o no haya trascendido ante la opinión pública, pero un anuncio de la postergación de la fecha de terminación del plazo, puede generar condiciones para presionar con mayor fuerza al gobierno.
Falta evaluar el costo militar que una medida de ese tipo tiene para la insurgencia pero desde cualquier punto de vista que se lo mire, los logros políticos son considerablemente superiores, sobre todo de cara al proceso de Paz.

Es evidente que una nueva ofensiva militar de las FARC, ya sea contra las fuerzas militares gubernamentales o contra la infraestructura productiva o de servicios públicos, así se pudiera realizar con contundencia, sólo va a traer consecuencias negativas para el proceso y para la imagen ganada en estas primeras de cambio por la insurgencia.
Hacer un esfuerzo más en la dirección que se ha tomado – cese de fuegos para ambientar los diálogos de La Habana – es el camino correcto. Va a colocarle mayor presión al gobierno y animar a la población para exigir el anhelado cese de fuegos bilateral. 


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