lunes, 7 de septiembre de 2009

China: Obreros frenan privatizaciones de siderúrgicas

Andy Warhol

Marcos Margarido
Otra siderúrgica estatal china vio impedida su privatización por la movilización de los trabajadores en menos de un mes. La primera fue la Tonghua Iron and Steel, en el estado de Jilin, cuya venta a una empresa privada fue inmediatamente suspendida tras el linchamiento de un ejecutivo por parte de los obreros.

Dos semanas después, una huelga de cinco días, con ocupación, que también incluyó la detención de un director de la siderúrgica estatal Linzhou, en Henan, obligó al gobierno a cancelar su venta para la empresa Fengbao Iron and Steel, a pesar de un pago ya efectuado de 26,5 millones de dólares (sobre un total de 38,1 millones ofrecidos en la subasta realizada el 24 de julio pasado).

Según el portal de noticias estatal "Daily News", la policía cortó todas las líneas telefónicas, en el tercer día de ocupación (jueves), e intentó sacar a los 3.000 trabajadores de la fábrica al día siguiente, sin éxito. El sábado 15 de agosto, tras el acuerdo hecho entre miembros del gobierno y del Partido Comunista de China con los trabajadores, se podían ver coches volcados en el interior de la siderúrgica. Por el acuerdo, la privatización será suspendida y los trabajadores recibirían una ayuda financiera de 80 dólares hasta la reactivación de la producción. El director Dong Zhangyin fue liberado tras el acuerdo.

Como siempre acontece en China, los dirigentes de la Federación de los Sindicatos y del PCC aparecieron después de los incidentes para intentar controlar la situación, afirmando cínicamente que "la participación de los trabajadores en las restructuraciones es esencial" y que el "futuro de la siderúrgica Linzhou será decidido por un congreso de obreros", en un país donde la lucha por la libertad sindical y política es premiada con la cárcel. Para completar la maniobra, se formó una "comisión" bajo la dirección del secretario municipal del PCC de la ciudad de Puyang, Sheng Guomin.


El linchamiento del ejecutivo fue parte de la justicia obrera
El reciente linchamiento de Chen Guojun, ejecutivo que preparaba la privatización de la Tonghua Iron and Steel, no desanimó los trabajadores de la Linzhou. Al contrario, utilizaron el mismo método de secuestro de un director de su empresa. Es que los directores de las empresas estatales, nombrados siempre por el PCC, son odiados por los obreros.

Forman parte de la burocracia estatal y disfrutan de numerosos privilegios y sueldos mucho más altos, sin hablar de la corrupción y los negociados con las empresas privadas, como subastas fraudulentas. La Linzhou, por ejemplo, fue vendida por un precio 19,8% por debajo del valor estipulado. La ley del país permite que el desagio máximo sea de 20%, por lo que el negocio era "legal".

Chen Guojun tenía un currículum impecable en ese aspecto. Estrella ascendente en el grupo privado Jianlong, pasó a integrar el consejo administrativo de la empresa estatal que privatizaría. Comenzó por romper todas las conductas más igualitarias desarrolladas por los trabajadores antes de la restauración capitalista en China. Los jefes habían pasado a ganar tres veces más que los obreros y su propio sueldo era 80 veces mayor.

Además, estipulaba multas de entre 15 y 30 dólares por el incumplimiento de sus reglas, por ejemplo, un botón desabrochado del uniforme. Por eso, el día en que Chen fue linchado por los obreros una gran bandera, con la frase "Jianlong: quédate lejos de la Tonghua Steel" lo alertaba, pero él no creyó en la seriedad de la amenaza de los obreros.

Los trabajadores de las empresas estatales están superando una derrota histórica
En el inicio de la década de 1990, la privatización de las empresas estatales, construidas como un logro de la revolución socialista de 1949, fue utilizada por el gobierno chino para profundizar el capitalismo a niveles inimaginables en aquel momento. Al menos 30 millones de trabajadores de estas empresas fueron despedidos, pero no hubo una reacción firme, debido a la derrota histórica sufrida por la población china en la masacre realizado por el PCC en la Plaza Tiananmen, en 1989.
Aparentemente, esa situación empieza a ser revertida. Después de dos décadas de resistencias aisladas, los trabajadores de las empresas estatales vuelven a escena, en un momento en que el gobierno del PCC retoma la política de privatizaciones para favorecer a las empresas privadas afectadas por la crisis económica. Esta vuelta a la lucha puede significar un salto en las movilizaciones que los trabajadores inmigrantes protagonizan hace muchos años, debido a su mayor experiencia de organización sindical y cultura revolucionaria.
http://www.litci.org/materiaes.aspx?mat_id=1790

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