Fernando Dorado - La
alcaldía de Bogotá encabezada por Gustavo Petro representa el primer
intento serio de revertir el modelo neoliberal en los servicios públicos
en una ciudad de Colombia. He allí el principal peligro para la
oligarquía y el imperio. Además, Petro es el mejor prospecto que tiene
el pueblo colombiano para acceder a la primera magistratura en un futuro
cercano. El procurador, las contralorías, el “defensor del
pueblo”, el
fiscal, el personero, todos estaban al acecho para caerle ante el menor
descuido. ¡Y le cayeron!
Muchas
personas – si no la mayoría – pensaban que el Procurador Ordoñez no iba
a destituir a Petro. Menos, que lo fuera a inhabilitar por 15 años.
Incluso el mismo Petro, quien interpreta esa decisión del Ministerio
Público como un saboteo al proceso de Paz y se hacía ilusiones que el
presidente Santos fuera a intervenir para evitar esa sanción
disciplinaria, se equivocó completamente. No calculó la trascendencia de
su accionar.
Petro
creía en la buena fe de los llamados "sectores democráticos" de la
oligarquía, con los que el M-19 pactó el acuerdo que le dio vida a la
Constitución de 1991. Los herederos de ese proyecto político siguen
creyendo en esa "buena fe" y siguen amarrados a su institucionalidad. Lo
demuestra la actitud leguleya de Antonio Navarro quien calificó el
fallo del Procurador sólo como “exagerado”. 22 años después la
oligarquía muestra que no perdona y que no iba a dejar avanzar a Petro
hacia la Presidencia de la República.
Olvidan
que la oligarquía colombiana ha mostrado a lo largo de la historia su
talante reaccionario y retrógrado. Esas clases dominantes no iban a
permitir que Petro pudiera salir bien librado de una administración como
la de Bogotá, mostrando la ruta de la defensa de lo público y la
posibilidad de desmontar los monopolios privados de los servicios
públicos. Sabían que iba a quedar bien posicionado en la recta hacia la
presidencia de 2018.
Esa
es la gran lección: esta oligarquía es vengativa, retrechera,
traicionera, previsiva, no da puntada sin dedal, es difícil de derrotar,
usa “todas las formas de lucha”, se divide para aparentar que a su
interior existen “sectores democráticos” para finalmente dar la puñalada
“trapera” (por la espalda). Desechar ilusiones democrateras y diseñar
una estrategia integral, es la lección aprendida para poder superar esa
supremacía anti-popular.
En
ese sentido la actuación del Procurador Ordoñez no es aislada. No es
exclusivamente una jugada contra el proceso de Paz. No es sólo un
complot para poner la alcaldía capitalina a disposición del uribismo. No
es solamente una forma de sacar de la carrera presidencial al mejor
prospecto que tiene la Izquierda. Es todo eso y mucho más. Es un mensaje
de que la oligarquía no está dispuesta a compartir el gobierno con
fuerzas “progresistas” como ya lo hace la burguesía en varios países de
Sudamérica. Aquí no comparten nada.
Sin
embargo este hecho es a la vez – paradójicamente –, una demostración de
que la acción política que impulsaba Petro, está bien encaminada. El
hecho de que traten de “asesinar políticamente” a este líder de la
Izquierda significa – como ocurrió con el magnicidio de Jorge Eliécer
Gaitán –, que la orientación general es correcta pero que hay que afinar
los detalles con mucho mayor tino y cuidado.
Es
decir, como lo ha planteado el alcalde Petro en su discurso, hay que
persistir con el proceso de Paz. Hay que insertarse en la
institucionalidad para desde allí desmontar el intrincado aparato
neoliberal que la burguesía ha montado en la administración pública. Hay
que luchar por mantener el control del gobierno de la capital de la
república por parte de fuerzas progresistas, defensoras de lo público y
anti-neoliberales.
Pero,
paralelamente se debe construir desde las bases un gran movimiento
popular que vaya consolidando formas de poder alternas y paralelas al
poder institucional. En Bogotá ese proceso recién se está asumiendo.
Tantos años de represión, guerra, desplazamiento, crecimiento caótico,
planificación neoliberal, han destruido importantes lazos sociales que
el pueblo bogotano tenía y que deben ser reconstruidos.
Por
ello, el movimiento social por apropiarse de la basura como una fuente
de capital social y empleo; la defensa de las galerías y mercados
populares; los movimientos ambientales en defensa del agua, los
humedales y un desarrollo sostenible de la ciudad; la lucha por
transformar los servicios de educación y la salud; los espacios y
desarrollos culturales; la organización a nuevos niveles de los
trabajadores precariados; los proyectos económicos comunitarios; todo
ello y muchas más iniciativas, debe ser fortalecidas – luchando contra
las tendencias burocráticas –, para crear un potente movimiento popular
que sea el sustento “desde abajo” de los procesos institucionales de
transformación de la vida social. Sabemos que mientras no se derrote el
sistema capitalista, lo que esté soportado en la institucionalidad
burguesa, va a ser fácilmente desmontado sino está sostenido por fuerzas
sociales organizadas y conscientes.
Es
indudable que hay que dar la lucha en lo inmediato para mantener la
administración de Bogotá, tanto por la vía de la movilización como en el
terreno jurídico y político. Sin embargo, la Izquierda tiene que
replantear su estrategia. No se puede confiar en ninguna de las
fracciones de la oligarquía (burguesía “nacional”, burocrática,
comercial, etc.), así asuman formas “progresistas”, socialdemócratas y
hasta “patrióticas”. Las muestras espontáneas de solidaridad con el
gobierno de Petro por parte de amplios sectores sociales revelan las
grandes potencialidades que existen en el seno de nuestro pueblo y que
todo está por conquistar. ¡Que sí se puede!
Si
en lo inmediato no se puede garantizar la permanencia de Petro en la
alcaldía, hay que cerrar filas para darle continuidad a su programa de
gobierno y derrotar el bloque oligárquico que se va a formar para acabar
con la “Bogotá Humana”. Pero además, Petro puede contribuir mucho con
la construcción y fundamentación de un amplio movimiento popular (social
y político), con la formación de cuadros revolucionarios que recojan y
sistematicen su experiencia.
Necesitamos
centros de pensamiento estratégico que ayuden a las expresiones
organizativas del pueblo a derrotar a la oligarquía. Sabemos que si no
nos matan físicamente lo tratarán de hacer política o moralmente. Por
ello, al llegar a una alcaldía o gobernación, para abordar la tarea de
desprivatizar un servicio público o afectar un monopolio oligárquico,
debemos preocuparnos por construir un fuerte y poderoso movimiento
social que sea el sustento y soporte de ese cambio. De lo contrario, nos
lo cobran con sanciones y destituciones.
Igualmente,
debemos entender que no se trata de llegar sólo a “gestionar” el
aparato administrativo de la burguesía. Hay que penetrar en esa
institucionalidad sólo con el fin de socavarla, de dinamitarla por
dentro. Sólo así podremos ir construyendo una nueva institucionalidad
anti-capitalista, de-colonial, basada en el auto-gobierno y dirigida a
desarrollar una cuajada y poderosa democracia directa y participativa.
De
lo contrario no podremos derrotar plenamente a esta oligarquía criminal
que nos oprime y domina. Debemos combinar la lucha institucional y
electoral, la movilización social y la construcción de poder popular de
nuevo tipo (auto-gobierno). Son tres elementos indispensables para
avanzar no sólo por caminos de Paz, democracia y justicia social sino
para construir las bases materiales, sociales, políticas y culturales de
una nueva sociedad.
Petro
puede ayudar en esa dirección. Si se concreta su inhabilidad
político-administrativa de 15 años, ello no le impide desarrollar nuevas
capacidades intelectuales y organizativas para servir al pueblo desde
el terreno de la estrategia, la verdadera dirección política y la
formación de dirigentes. Nuevas tareas surgen de la dinámica social y
política.
Nota:
Existen importantes antecedentes en la normatividad internacional para
prever que se puede derrotar jurídicamente éste atentado político del
Procurador. Si Petro logra salir bien librado de ésta batalla, estaría
ad portas de la Presidencia para 2018. Entonces, la principal tarea
sería preservar y cuidar de su existencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario