Claudio Albertani Muralista, dibujante, grabador y pintor de caballete, Vladimir Kibalchich Russakov, mejor conocido como Vlady, nació en Petrogrado, el 15 de junio de 1920. Su madre, Liuba Russakov, procedía de una familia de judíos anarquistas emigrados a Francia y había conocido a su futuro compañero, Victor Lvóvich Kibalchich (alias Victor Serge), en el barco que los llevaba a
la Unión Soviética. Recibidos con simpatías como lo fueron entonces muchos anarquistas, Victor y Liuba trabajaron en un primer momento para los bolcheviques, pero pronto se pasaron a la oposición. Vlady no cumplía nueve años cuando empezó la persecución contra su padre, algo que lo marcaría para siempre. Desarrolló una pasión temprana por el dibujo y cada vez que podía, se escapaba al Museo Hermitage, muy cerca del domicilio familiar.
Bolcheviques, mural
Apenas adolescente, compartió con su padre la deportación en Oremburgo, a los pies de los Urales, donde fue discípulo de disidentes y proscritos. Serge, quien era un acuarelista aficionado, detectó el enorme talento de su hijo y lo estimuló a pintar. En 1936, después de muchas tribulaciones, la familia logró salir de Rusia gracias a una ruidosa campaña organizada en Francia por amigos solidarios y a las gestiones del escritor Romain Rolland, a la sazón compañero de viaje del comunismo, quien solicitó la liberación de Serge directamente con Stalin, convencido de que ocasionaría más “daño” preso en la URSS que libre en Europa Occidental.
cuaderno de apuntes, colección Centro Vlady, técnica mixta, s/f.
Despojado como su padre, de la ciudadanía soviética, Vlady pasó a engrosar las filas de los apátridas que vagaban de un lado a otro del planeta, en busca de un visado. En París, frecuentó a los surrealistas y se formó como pintor autodidacta. Militó en el Partido Obrero de Unificación Marxista y leyó las obras de Elie Faure, el historiador del arte que, como Serge, pasó por el individualismo y admiraba a Nietzsche. Es México, adonde llegó en 1941, el país que le dio la oportunidad de expresarse como artista. Darse a conocer no le fue fácil ya que su pintura era un grito contra la ortodoxia nacional-popular en boga. Así como Serge está ausente de las historias de la literatura, Vlady aparece poco en las historias de la pintura.
cuaderno de apuntes, colecciòn Centro Vlady, tecnica mixta, s/f |
Vlady perteneció a diferentes mundos, a distintas culturas y a varias épocas: al siglo XX, en primer lugar, pero también al XIX, por la herencia familiar y al XXI por tener la mirada puesta en el futuro. Fue sucesivamente figurativo, abstracto y luego otra vez figurativo, sin dejar de tener un toque surrealista; experimentó mucho, usó todas las técnicas a su alcance, fabricó sus propios colores, devoró quintales de literatura sobre arte y caminó kilómetros de museos en tres continentes.
El evento central de su obra es la Revolución Rusa, o, mejor dicho, la trasformación de esa revolución en una pesadilla totalitaria. El mundo de Vlady como el de Serge es el mundo de la crítica del poder; Vlady “traduce” al lenguaje de la pintura la obra literaria de su padre.
cuaderno de apuntes, colecciòn Centro Vlady, tecnica mixta, s/f |
No hay comentarios:
Publicar un comentario