Fernando Dorado
Popayán,Colombia, 15 de septiembre de 2008
El 15 de septiembre de 2008 -día de la Independencia Centroamericana- va a ser un día para recordar. ¡Hoy se juntaron unas cosas muy buenas!
A nivel internacional, nacional y regional. Agudización de la crisis financiera mundial con la bancarrota de uno de los bancos más sólidos y antiguos del mundo (Lehman Brothers). Debut de UNASUR con la cumbre de presidentes suramericanos en Santiago de Chile para tratar la situación de Bolivia.
El arranque del paro laboral de los corteros de caña de azúcar en el Valle y Cauca, Colombia.. La renuncia del embajador colombiano en República Dominicana (exgobernador del Cauca Juan José Chaux Mosquera) comprometido con paramilitares y descubierto en las conversaciones subrepticias del Palacio de Nariño. De alguna manera todo esto se conecta al estilo del "efecto mariposa".[1]
¿Donde está el vínculo? La crisis económica del imperio capitalista, la unión latinoamericana frente a la intervención gringa, la rebelión obrera frente al poder de la expresión más acabada de la oligarquía colombiana de carácter corporativo (terratenientes-capitalistas vallecaucanos productores azúcar y agrocombustibles subsidiados por el Estado y con amplias conexiones transnacionales), y todo lo que está detrás del destape de la relaciones criminales de uno de los émulos de Uribe, el exgobernador Chaux, enemigo como el que más de los indígenas caucanos.
El pavor de los capitalistas (ASOCAÑA) ante el levantamiento obrero que los lleva a desconocer la justeza de sus luchas, y por ello, llenos de miedo, plantean que el movimiento de los trabajadores no responde a una situación real de hambre y sobreexplotación sino a la "injerencia de agentes externos" (Londoño Capurro). Y el terror que dejó ver el político caucano, no ante la verdad y la indignidad, que ya era "vox populi" en la región, sino el espanto que los asesinos siempre muestran ante la valentía y verdadera dignidad de las víctimas de sus homicidios, que no van a retroceder ni a cejar en su labor justiciera.
Ese miedo que los paraliza los lleva a preguntarse: ¿Qué va a pasar?
A corto plazo no sabemos qué va a pasar, pero lo que sí es seguro, es que los pueblos del mundo entero seguirán luchando contra la dominación imperialista. Los obreros continuarán resistiéndose a la explotación capitalista, luchando por aumentos salariales y por mejores condiciones de vida y de trabajo. Los campesinos pobres y la pequeña burguesía agraria también se resistirán a las políticas de globalización neoliberal, defendiendo su producción agropecuaria y reivindicando el derecho de todo país a contar con soberanía y seguridad alimentaria.
De igual forma otros sectores como los pequeños empresarios, los intelectuales demócratas, los trabajadores estatales, y los estudiantes, seguirán luchando por sus intereses particulares, y por la soberanía nacional de sus respectivos países.
Foto de Oscar Paciencia
Y por supuesto, las naciones oprimidas, y las minorías nacionales y étnicas de todos los continentes, mantendrán vivas sus luchas de liberación nacional, y por el derecho a contar con autonomía política, cultural y étnica. Otros sectores marginados y discriminados por la sociedad capitalista como las mujeres, los homosexuales, los inmigrantes, etc., continuarán ganando terreno en su lucha por el respeto de sus derechos.
La población más avanzada y demócrata del mundo fortalecerá la lucha por el derecho a una información objetiva y por la democratización de los medios de comunicación. Así mismo, diversos sectores organizados y pobladores en general, van a insistir en su gesta por impedir un mayor desequilibrio ambiental provocado por la mezquindad y la codicia de las transnacionales capitalistas que están acabando con los escasos y valiosos recursos naturales que garantizan la estabilidad del ecosistema terrestre.
Esas y otras luchas seguirán apareciendo y la resistencia se tornará más fuerte y más variada, porque a esas luchas más que las ideas las empuja la necesidad, y ante la necesidad surge la resistencia. Eso y mucho más es lo que deben esperar y temer los capitalistas imperiales y los reaccionarios del mundo entero.
Y a nosotros nos toca ayudar a encauzar esas luchas hacia la construcción de un mundo mejor, donde los pobres, oprimidos y la gente decente de éste globo terráqueo, no sólo podamos vivir en paz y prosperidad, sino que entre todos, conquistemos el reino de la libertad… ¡donde no haya ni miedo ni terror!
[1] El "efecto mariposa" es un concepto que hace referencia la noción de sensibilidad a las condiciones iniciales dentro del marco de la teoría del caos. Su nombre proviene de un antiguo proverbio chino: "el aleteo de las alas de una mariposa se puede sentir al otro lado del mundo".
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