Fernando Dorado
Cali, 25 de octubre de 2008,
La Minga de Resistencia Social y Comunitaria del Suroccidente Colombiano está haciendo historia en Colombia. Cuando la gente se siente haciendo historia, se siente muy bien. Cuando el pueblo sabe que está escribiendo historia no está interesado en logros pequeños.
Por ello, La Minga no viene a negociar con Uribe. ¡No vamos a negociar nada! La Minga lo que viene haciendo es desenmascarar ante el mundo la política de guerra y de terror que este gobierno está utilizando contra todo aquel que reclama sus derechos. Estamos haciendo evidentes los crímenes de Uribe y la ilegitimidad de su régimen narco-mafioso y paramilitar.
Debemos tener absolutamente claro que sólo si derrotamos a Uribe y su política al servicio del imperio, podremos concretar transformaciones que signifiquen mejor estar para nuestros pueblos y comunidades. De lo contrario, todos los acuerdos seguirán siendo incumplidos, y ellos (los acuerdos) sólo servirán para desmovilizarnos y fortalecer al opresor.
El objetivo de La Minga ya se cumplió. El encuentro entre entre indios, negros y mestizos, entre obreros "corteros" de caña y pequeños productores del campo, es uno de sus importantes logros. La multitud coreaba: "Un sólo pueblo, una sola lucha", y ello es todo un mensaje.
Otro resultado fue hacer visible que somos ante todo campesinos - indios, mestizos, afros -, y corteros de caña, que aspiramos a una vida digna, y que estamos dispuestos a luchar pacíficamente para conseguirla.
Pero, la principal conquista de La Minga es haber desencadenado fuerzas populares reprimidas que estaban invisibilizadas por años de miedo y de terror. Hoy, La Minga ha conseguido hacerlas insurgir con renovada fuerza desde lo más profundo de nuestros espíritus.
La dirigencia de La Minga no puede equivocarse y ser inferior a lo que se ha hecho. Pensar en negociaciones "concretas", en seguir "revisando" acuerdos incumplidos, es hacerle el juego al gobierno y caer en nuestra propia trampa. ES HORA DE AVANZAR SIN NINGUNA VACILACION.
La Minga ha señalado un camino. Ha construido un programa estratégico (agenda de 4 puntos) que seguramente va a ir siendo ajustado. Ello es suficiente para las fuerzas desplegadas. Ahora hay que "recoger el músculo" para guardar la fuerza. Hay que convocar a toda la sociedad, y especialmente a las fuerzas populares, como ya se está haciendo, para entregarle la responsabilidad de seguir en esa dirección.
La Minga cumplió sus objetivos en esta primera etapa. La próxima etapa la abordaremos de inmediato con nuevos bríos y más amplias fuerzas. El Paro de los trabajadores "corteros" de la caña de azúcar debe ser ganado, en forma contundente, canalizando y organizando toda la solidaridad que ha despertado, y construyendo nuevas, creativas y fuertes formas organizativas del proletariado agrícola. Hay prisa para avanzar pero no afán aventurero.
La tarea inmediata es construir verdaderas coordinaciones sociales y políticas con amplia visión, derrotando el espíritu reivindicativo estrecho. Llegó la hora de crear nuevas formas de institucionalidad, que deben ser un desarrollo político del ejercicio de La Minga. La democracia directa debe fortalecerse más y convertirse en fuerza democrática. Seguir desencadenando fuerzas ocultas, es nuestra principal tarea actual. Y claro, organizarlas. ¡Manos a la obra!
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