Italia:Todo el poder a las elites corporativizadas

Programa de la P2 en la recta final – Espaldarazo final de los poderes fuertes, ocultos y paralelos, bendecidos por el Estado del Vaticano

Tito Pulsinelli

En Italia, que vive la situación económica más grave entre las de los seis países fundadores de la integración europea, está próximo un cambio autoritario sin antecedentes desde 1945. Mentras que Bruselas e incluso el Fondo Monetario Internacional (FMI) advierten que la economía sufrirá un drástico decrecimiento de casi el 3%, el país está sujeto a un electroshock que –a través de desquiciadas campañas mediáticas concebidas como arma de distracción de masa- debe llegar a un golpe de facto.

Las elites históricas, los poderes fuertes, los ocultos y paralelos, combinados con la jerarquía del Estado del Vaticano, se están preparando a enfrentar la emergencia social incipiente gobernando de manera fuerte y autoritaria. Ya el desafío está abierto y no dudan en dar el paso que va más allá de la legalidad, que esterilizará los demás poderes constitutivos, y que permitirá gobernar con decretos legislativos o proclamas televisivos.

La caída drástica del PIB – la tercera deuda pública más grande del mundo – con la consecuente lluvia de desempleo, caída de los ingresos de las familias, embargos, desalojos y reactivación de la emigración, es una realidad ignorada y ajena al debate político y a la información, concentrada en monopolios controlados por las mismas manos. El cambio autoritario ha llegado a su fase conclusiva, que debe inmediatamente llevar a la castración del poder judicial y el legislativo, tras la adquirida evanescencia o la inconsciente connivencia del poder legislativo.

El ataque frontal a la Presidencia de la República es la notificación última de la acontecida subordinación de jueces y legisladores. Se está realizando el programa de la P2 de gobernar con decretos legislativos y el puño de acero, en menoscabo permanente de la legalidad nacional y de la internacional.
Los poderes fuertes y las elites corporativizadas se están adueñando de todos los poderes institucionales: saltan todos los contrapesos. De esta manera, se disponen a enfrentar la caída de un modelo de desarrollo que ha anulado cualquier espacio de soberanía nacional y de iniciativa autónoma.

Mientras el Titanic se hunde, la clase dirigente no sabe encontrar algo mejor que desempolvar la consuetudinaria política de incentivos a la FIAT, es decir un jarabe apto a las crisis contingentes de los años 60 y 70. Mientras a la corte de Obama se atreven a hablar de Buy american (comprar americano), en Roma pretenden curar el cáncer de la depresión (económica y psíquica) con unas pociones: propinas a los pensionados, incentivos minimilastaspra los compradores de carros. Y se estrenan nuevas macanas.