miércoles, 1 de abril de 2009

La mata por la que nos matan


En América Latina hay 8 millones de personas que mastican la hoja de coca (entrevista)

Planta con poderosas cualidades medicinales y alimenticias. La misma hoja de coca que hoy el presidente de Bolivia, Evo Morales, pide sacar del listado de sustancias prohibidas. De la hoja de coca queremos hablar hoy con esta entrevista concedida al SIEC de Etnias de Colombia y al Tejido de Comunicación ACIN(TCA), un ejemplo de quien está detrás de la “Mata que Mata”, como reitera la propaganda en los medios de comunicación.

El resguardo de Jambaló es un territorio rico en páramos, bosques, lagunas, sitios sagrados, reservas naturales y fuentes hídricas. “Anastacio Mestizo”, es un joven Nasa que nos cuenta no sólo lo sagradaque es para los indígenas la hoja de coca, sino que además, nos habla de su migración al Rincón, departamento de Nariño para trabajar como raspachín.

SIEC-TCA: ¿Qué significa la hoja de coca para los indígenas?
AM: para nosotros la hoja de coca es sagrada, es una planta que nos ayuda al equilibrio entre hombre y naturaleza. Nuestros mayores durante siglos la han utilizado en los diferentes rituales. Los indígenas sabemos que la Madre Tierra tiene su dueño y que para todo lo que queramos de ella, tenemos que pedirle permiso a los espíritus.

Del mismo modo, la utilizamos para tratar la diarrea y el dolor de muela, los mayores la mascan cuando se van a trabajar la tierra, ayuda a mitigar las sensaciones de hambre, da energía durante largas jornadas laborales y mejora el desarrollo del metabolismo.Recuerdo que hace algunos años los abuelos tostaban la coca y salían a venderla a los pueblos, pero cuando llegó la gente de afuera todo esto cambió.

Hoy nadie quiere tostar coca para venderla, dicen que para vender una libra tostada hay que coger tres libras. Hoy en mi comunidad estamos recuperando la medicina tradicional, pues se ha debilitado mucho por la llegada de las pastillas.

SIEC-TCA ¿Por qué usted salió de su territorio hacia Nariño?
AM: yo estaba en el resguardo de Jambaló y allá cultivaba la cabuya, pero el precio para el fique se puso malo. También, el que nos daba trabajo ya no nos dio más. Hoy en día el fique ya no es rentable, los precios de la gasolina suben día a día y no sólo la gasolina sino el aceite, la panela, el azúcar y en general toda la comida. Para suplir estas necesidades colocamos en marcha un proyecto productivo en conjunto con 13 jóvenes de mi comunidad.

Primero empezamos con una pequeña sociedad para sembrar lulo y por desconocimiento no nos dio ningún resultado. Nos dirigimos a la UMATA y contamos lo sucedido pero lo único que dijeron fue que había que fumigarlo. Esta respuesta no fue bien recibida por el grupo y entonces desechamos la idea de sembrar Lulo.

Pero no nos desanimamos, continuamos con la idea de sembrar caña de azúcar para sacar el melao y si era posible, sacábamos hasta panela para venderle a la comunidad. Con mucho ánimo empezamos a alistar los lotes para la siembra de la caña y nuevamente regresamos a la UMATA, relatamos la nueva propuesta, pero ellos nos dijeron que primero había que presentar un proyecto y que se demoraba un año para salir. Esas palabras fueron desalentadoras, porque para nosotros un año era mucho tiempo, pues el terreno ya estaba listo y lo que necesitábamos era el apoyo económico y la asistencia técnica.

De la misma manera pasó con la producción de cilantro. Era más el desgaste en las diligencias que las respuestas por parte de la UMATA. Notamos que nuestros proyectos productivos no eran importantes para ellos, entonces la falta de apoyo desanimó al grupo y fue así como salí en busca de trabajo.

SIEC-TCA: ¿Cuál es el trabajo que usted realiza en el Rincón?
AM: yo trabajo aquí de “raspachín” de hoja de coca.

SIEC-TCA: ¿Qué hace un raspachín?
AM: somos los que recogemos las hojas de las matas de coca en las 4 cosechas anuales. También otros nos dicen: “los que raspan la hoja de coca”. Los raspadores de la hoja de coca salimos a trabajar todos los días a pesar del riesgo que significa trabajar en las zonas donde hay suficiente coca.

SIEC-TCA: ¿Es complicado el orden público en esa zona?
AM: aquí donde estoy yo, la seguridad está manejada por la policía y los paramilitares que en conjunto manejan su plan de trabajo para el mes. También hay guerrilla y entre ellos se disputan el territorio. Estos sectores armados controlan los laboratorios de cocaína, las tiendas y cobran impuestos a las personas que entran a trabajar a la zona.

Ellos se benefician del narcotráfico a través de la famosa vacuna.Los caminos por donde transitamos son caminos de los sectores armados. Aún no me han tocado los combates y creo que no me tocarán, porque conozco sitios para esconderme en la selva hasta que pase el peligro, aunque ya estoy acostumbrado al sonido de las balas.

SIEC-TCA: ¿Cuánto se gana un raspachín diario?
AM: eso depende de los tajos donde toque trabajar y de cómo esté la compra de la coca, a veces uno se saca 2 arrobas, otras veces 4 arrobas, y como pagan es por kilos, cada kilo equivale a $600. La forma de trabajar mía es que yo calculo los kilos y cuando tengo las 4 arrobas salgo tranquilo para la casa porque ya tengo mis recursos económicos asegurados. El día me sale a $30.000, es un precio que no pagan en mi resguardo, acá pagan el triple y para mí es una buena entrada económica diaria.

SIEC-TCA: ¿Qué es un tajo?
AM: un tajo es un lote de cultivo de hoja de coca, pero es un lote bien limpio y fumigado. Los tajos así, le permiten al trabajador que le rinda y se saquen una buena suma de dinero. Cuando los cultivos están en mal estado es difícil que nos saquemos más de $30.000 en el día. Asimismo afecta a los patrones porque ellos no tienen plata para comprar los productos tan costosos que aquí se venden.

texto completo de la entrevista en http://www.nasaacin.org/noticias.htm?x=9742

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