miércoles, 20 de mayo de 2009

Carta abierta a los Presidentes Renè Preval y Lionel Fernandez

..un haitiano decapitado en la vía pública frente a la pasividad de la muchedumbre y el silencio de las autoridades de Haiti e República Dominicana

Como los complices silenciosos
Al final, nos acordaremos, no de las palabras de nuestros enemigos,
pero de los silencios de nuestros amigos.
Martin Luther King Jr.
Raoul Peck
Carlo Merilus, un nacional haitiano viviendo en la República Dominicana, fue decapitado a la hacha, el 2 de mayo pasado en plena calle, en el barrio popular de Herrera por un individuo del nombre de Rusbert de Leon Lara, en presencia de una muchedumbre, comprendiendo niños y adolescentes, viniendo a asistir al crimen premeditado.
Este acto, que se sitúa obviamente en la continuidad de todos los demás crímenes permanecidos sin sanciones legales y aún menos sanción moral, demuestra una vez más el deterioro de las relaciones humanas en la República Dominicana, así como entre los dos Estados.
No, Seňor Presidente René Préval, este crimen no es un “Reglamento de cuenta entre particulares”, ni un simple “asunto civil”.
No, Seňor Fernandez, este crimen no es un “incidente entre individuos”.
No pueden ignorar ambos el alcance simbólico de este acto público, “calurosamente aplaudido”.
Si uno y otro se niegan a reconocer el monstruo que muestra sus ganchos, ustedes mismos niegan a los dos países que representan a lo màs alto nivel, su lugar y su dignidad.
Uno como otro no tienen el derecho a callarse. Uno como otro no pueden pasar a los asuntos corrientes, sin sancionar este acontecimiento de otro fuerte acto simbólico.

De ambos lados de esta frontera dolorosa, la gente no se equivocó. El silencio de los unos y la cólera de los otros dicen largo. No será NADA como antes. Se cruzó una etapa mental. Este acto no es un resultado, es un globo de prueba. Señalen esta fecha señores los Presidentes !

Ni uno ni otro tienen el derecho a encontrar circunstancia atenuante a este gesto, del cual somos responsables colectivamente. Es esta responsabilidad colectiva que no quieren asumir. Esta responsabilidad de hombre simplemente.
Las estrategias de consolidación de poder, el clientélismo, el lenguaje estereotipado electoralista, la insensibilidad, o incluso el cinismo legalista, son inaceptables en tal contexto.

En 5 años, 10 años, 50 años, como Trujillo, Balaguer, Duvalier, Cedras, Namphy y otros antes ustedes, la historia se acordará que se callarón.

Como los cómplices silenciosos, los testigos ciegos, las oportunistas políticas que jalonan la historia de nuestros dos pueblos, se acordará su silencio estrepitoso. Se acordará sobre todo que estos gestos de crueldad permanecieron SIN consecuencias. ¡
Tengamos el valor político de ir más allá de las posiciones diplomáticas de circunstancia! La justicia dominicana deberá, por supuesto, hacer su trabajo, es la condición sine qua non incluso de todo debate futuro.
La comunidad haitiana en la República Dominicana no está sola! No sólo no está sola, sino que es numerosa. Un día, también pedirá cuentas. Los pequeños Rusbert de Leon Lara no podran impedirlo. Soy orgulloso de mis compatriotas que resisten al animal inmundo, trabajan, estudian, construyen en la República Dominicana, para ofrecerse una vida que su propio país no les podía ofrecer. Aunque de manera perversa, a veces se ven obligados a negar su herencia incómoda.

Estoy con todos vosotros de todo corazón. Tenemos una gran nación, una nación enferma, pero una nación que pagó muy caro el precio de su libertad, su cultura, su autonomía política. Y esta nación es la nuestra, no se tiene de recambio. Así mismo somos vecinos condenados a vivir JUNTOS y no uno contra otro.

En la República Dominicana, por un Haitiano, crímenes a repetición, detenciones y repatriaciones forzadas son moneda corriente. De enero a abril de 2009, al menos se pusieron un índice de 17 casos de nacionales haitianos asesinados. Las peores derivas son posibles. Tolerada la crueldad, una vez, no conoce límite.
Es también porque la República Dominicana no se puso nunca al banco de las naciones para las masacres de Trujillo, que hoy, algunos exaltados se sienten legitimados para cometer los peores excesos.
Esto es definitivamente la señal de mayores derivas futuras.
Seňor Fernandez, Seňor Préval, actúen. Muestren grandeza. ¡Encuentren, al menos sobre este punto, su lugar - su buen lugar - en la historia de esta isla! Den el ejemplo, sean hombres de pie.

No estén con los monstruos.
Raoul Peck
Ex-Ministro de la Cultura de la República de Haití
Port-au-Prince, 15 de mayo de 2009

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