domingo, 31 de mayo de 2009

La derecha afina su estrategia (I)

Fernando Dorado
La derecha latinoamericana está reunida en Caracas[1] revisando su estrategia. Temen al proyecto “populista”. Así denominan a los gobiernos democrático-populares y de izquierda socialista que constituyen la vanguardia de los pueblos en América Latina. La oligarquía regional está preocupada y alerta. Saben que está en peligro su hegemonía de clase. Mientras afinan los planes fascistas y golpistas intentan dividir y enfrentar. La elite derechista se reúne para complotar.

El “eje Calderón-Uribe”, que explota política, económica y militarmente el tema del narcotráfico y el conflicto armado, ocupa un lugar importante en ese bloque reaccionario. Con Perú completan su triada de avanzada. Esa derecha tiene su fuerza concentrada en regiones y sectores específicos.

Sus bases están en Zulia-Táchira (Venezuela), Antioquia-Valle del Cauca (Colombia), Panamá, México, Perú, Guayaquil (Ecuador), Media Luna (Bolivia), el agro argentino, y otras regiones y sectores de América Latina. Cuentan con el apoyo de la derecha gringa y española, la inteligencia CIA-israelí está a su servicio, y las grandes corporaciones capitalistas transnacionales aportan los fondos económicos. No es cualquier cosa. Hace rato vienen actuando concertadamente.

El gobierno colombiano es la punta de lanza de los “neoconservadores latinoamericanos”. Representa a los sectores más reaccionarios de las burguesías “nativas”, aliadas del gran capital estadounidense y europeo. Están al tanto que Uribe tiene graves problemas en el ámbito internacional.

No han podido ocultar la sistemática violación de los DD.HH., los falsos positivos, las interceptaciones y seguimientos ilegales, el tráfico de influencias y la corrupción a todo nivel, lo que ha impedido la aprobación de los TLC (con EE.UU., Canadá y U.E.). Por ello, con el apoyo del gobierno español tratan de “limpiarle la cara” al gobierno colombiano.

Ese es el principal objetivo de la actual visita del “sucesor real” ibérico al encuentro internacional de “víctimas del terrorismo” que se realiza en Medellín. Detrás de ambos eventos está la Universidad Sergio Arboleda, la Fundación FAES, el CEDICE, y una serie de instituciones norteamericanas y europeas.[2]
Contar con gobiernos autoritarios y derechistas en Colombia y en Perú es muy importante para el gran capital. Seguir utilizando la “amenaza terrorista” es vital e imperioso para ellos. No van a facilitar un proceso de paz porque necesitan “calentar” – de vez en cuando - las fronteras colombianas con Venezuela y Ecuador. Ese es el combustible que requieren para ganar el referendo con Uribe o para posicionar a Juan Manuel Santos de cara al 2010.

Cuando sea necesario van a provocar conflictos “nacionalistas” para justificar la intervención militar de fuerzas imperialistas. De eso no debe haber la menor duda. Hay que tener bien claro que el “uribismo” es un proyecto fascista. Es una herramienta del gran capital monopolista internacional en donde la democracia no está en sus planes.

El debilitamiento de la hegemonía norteamericana
Así como ellos examinan su estrategia es importante revisar la nuestra. Es evidente que la derecha internacional tiene un problema: Obama representa en este momento al interior de los EE.UU. una política de avance democrático (así sea formal), presionado por las contradicciones internas y externas, y por la fuerza de movimientos sociales que emergen dentro del imperio (inmigrantes, minorías étnicas, trabajadores, pequeños empresarios sometidos por el gran capital, ambientalistas, mujeres, jóvenes, y otros sectores afectados por la crisis económica).

El gran capital monopolista afronta el debilitamiento de la hegemonía estadounidense en el mundo. La política guerrerista e intervencionista de Bush sigue estando en la agenda (Afganistán, Pakistán, Irak), pero en este momento el diálogo es la prioridad. Obama navega entre esas dos aguas o corrientes, que a veces se desencuentran y - hasta pueden chocar -, pero que tienen un mismo objetivo: recuperar la preponderancia política y económica para los EE.UU.
El pueblo norteamericano cree en los “valores democráticos” y en la supuesta “libertad” que dicen defender sus gobernantes. No entiende que esa democracia es falsa, que está manejada por las todopoderosas transnacionales corporativas, y que la “libertad” es un concepto abstracto utilizado para invadir países y apropiarse de riquezas ajenas.

Las mayorías en ese país creen – por ahora -, en la oferta e intencionalidad de Obama de cambiar su política interna y externa. La interna, para salir de la crisis económica, y la externa, para recuperar el liderazgo mundial.

El problema consiste en que el presidente gringo no tiene la suficiente fuerza interna para golpear los intereses de las corporaciones capitalistas que controlan el sector financiero y la industria guerrerista. Tampoco hay certeza de que tenga voluntad de enfrentarlos. En lo internacional, no parece que China, Europa, Rusia, India y otros bloques económicos estén interesados en agudizar la crisis, dado que los EE.UU. siguen siendo un factor importante de intervención económica y de control político.

Diversas señales llevan a pensar que dichos bloques de poder juegan a un debilitamiento progresivo y no a un hundimiento catastrófico, que los afectaría en sus intereses. Síntomas de que la globalización neoliberal sigue pesando, así se apliquen políticas proteccionistas parciales y temporales.
El poder imperial norteamericano, como todo imperio, está condenado a desaparecer. Pero, no debemos olvidar que la mayoría de imperios se han desmoronado desde adentro. ¿Cuál es el mejor escenario hacia el futuro para los pueblos y los trabajadores del mundo entero? ¿Cómo influir desde los gobiernos democrático-populares y nacionalistas de América Latina para que el pueblo norteamericano fortalezca un camino democrático y no gire hacia la derecha-fascista dentro de poco tiempo?

¿Acaso no es aleccionador lo que ocurre en Europa y Rusia, en donde los sectores xenofóbicos se han fortalecido explotando falsos sentimientos nacionalistas frente a la crisis económica? ¿Tenemos o no un verdadero dilema ante nosotros? ¿Negamos olímpicamente las contradicciones que se presentan al interior de la política estadounidense? ¿Lanzamos ofensivas contra la burguesía en cada país – como lo exigen algunos sectores de izquierda “radical” – o desarrollamos una estrategia de acumulación de fuerzas?
(sigue)

[1] Encuentro internacional sobre ‘Libertad y Democracia, el Desafío Latinoamericano’, Caracas 28-30 de mayo/09
[2]
Ver: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=85704&titular=el-reencuentro-de-la-derecha-latinoamericana-en-caracas-

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