Según el analista israelí Yossi Melman, tres eventos aparentemente no relacionados tuvieron lugar ayer. La filtración de documentos del Departamento de Estado, muchos de los cuales tienen que ver con la “preocupación mundial” del programa nuclear iraní; el misterioso asesinato en Teherán de un alto científico nuclear iraní, hiriendo a otro, y el nombramiento de Tamir Pardo como el nuevo Jefe del Mossad, la agencia de espionaje israelí.
Pero hay un vínculo entre estos hechos. Ellos son parte de los interminables esfuerzos de la comunidad de inteligencia israelí, junto a sus aliados occidentales incluyendo el MI6 y la CIA, para sabotear, retrasar y si es posible, detener a Irán de presuntamente alcanzar su meta de tener su primera bomba nuclear.
El ataque a los dos científicos, uno de ellos fue mencionado como un alto científico nuclear que trabajaba en el Ministerio de Defensa de Irán, fue parte de esos esfuerzos. Ninguna organización se atribuyó la responsabilidad pero es obvio, no solo por las acusaciones de los oficiales iraníes y los medios de Irán, de que Israel esta detrás de esto. La mayoría de los expertos que siguen la política del Medio Oriente y la historia del Mossad estarían de acuerdo.
Este es al menos el cuarto intento de asesinar a científicos iraníes vinculados con el programa nuclear del país en cuatro años. Probablemente hubo otros intentos los cuales no llegaron a los titulares. La atribución al Mossad no es por el uso de motocicletas, aunque el Mossad ha estado involucrado en operaciones similares. El más conocido fue en 1.995 en Valletta, la isla de Malta, cuando el equipo de sicarios del Mossad liquidaron al Dr. Fathi Shkaki, líder del Jihad Islámico.
Tiene que ver más con la política del Mossad para dar un golpe al programa nuclear iraní. Además de asesinar a científicos nucleares para aterrorizar a otros y forzar a algunos a renunciar, se cree que el Mossad también estuvo detrás de la penetración de las redes de compras iraníes, vendiéndoles equipos defectuosos de su centrifugador de enriquecimiento nuclear y más recientemente la plantación de un virus el cual dañó las computadoras nucleares en Natanz.
Sin embargo, a pesar de estas maniobras audaces, es obvio para los que toman las decisiones en Israel como también para los líderes occidentales, que si un país se determina lo suficiente como para desarrollar armas nucleares nada lo detendría.
www.aporrea.org/tiburon/n170527.html
Yossi Melman es un analista adjunto para el diario israelí Haaretz, quien se especializa en temas estratégicos, terrorismo e inteligencia.
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