sábado, 15 de febrero de 2014

ARGENTINA: LA PRENSA ESPAÑOLA y la DEVALUACIÓN

Si Argentina es el más inestable país del mundo emergente.
Si la economía Argentina es una economía bananera.

¿Qué tipo de economía es la española, que cuando Buenos Aires estornuda, Madrid entra en agonía?

(Madrid 02/02/14) Mientras la crisis financiera en  Argentina ha pasado de una fase aguda y urgente, a otra etapa crónica y de plazos inciertos, y mientras los diferentes actores –gobierno,
mercado financiero, medios periodísticos, opinión pública, sectores sociales, políticos, económicos y gremiales- se posicionan de acuerdo a sus estrategias e intereses, puede resultar interesante dar una mirada a otros sitios para ver los ecos producidos. En este caso, España.

La noche del jueves 23 al 24 de enero fue para la España mediática el preludio de días de Apocalipsis mundial donde la ola financiera nacida en el Río de la Plata aplastaría toda la economía del mundo. Ante tal panorama, los argentinos aquí residentes, alarmados –porque conocen los males de su país- buscaron respuesta en su familia y amigos al otro lado del charco.

Allí encontraron un ambiente diferente al profetizado, o sea el mismo de siempre en aquellas tierras, acostumbradas a estos temblores, y con estas respuestas: “…así es, estamos preocupados por si  la inflación se desboca…. o que el dólar se vaya a las nubes… ya sabes lo terrible que son las crisis aquí…”Pero también había otros temas: “…hace 42 grados … nos vamos el fin de semana a la sierra ….los abuelos están bien pero muy agobiados por el calor …”


Por su parte, la prensa argentina publicada más o menos lo mismo. Un titular con la cotización del dólar y un par de notas superficiales  y con escasos argumentos, eso si criticando o apoyando – de forma brutalmente rotunda- al gobierno,  según “la sagrada verdad de cada uno de los imparciales medios periodísticos”. El resto de las noticias, lo de siempre: fútbol, sucesos, delincuencia, el cruce de chismes insultantes entre dos nuevos y efímeros famosos y como siempre, los detalles morbosos del último escándalo sexual en la farándula. En resumen: Periodismo serio y responsable en estado puro.

Dejando la pantalla de Internet y volviendo la vista a la televisión española, y a pesar de esas dos realidades contradictorias, se seguía escuchando, a los tertulianos de siempre, maldiciendo a Argentina y a todos los argentinos sin excepción, por lo graves daños que estaban haciendo  a su Bolsa de Valores y a las tan respetables empresas que cotizan en ella. 

Tanto la bolsa, como esas empresas multinacionales son el único y último símbolo de una “Marca España” que hace 5 años se sentía en la vanguardia del mundo, mientras que hoy, ese símbolo, es el la última tabla de salvación de una economía naufragada. Tabla de salvación –dicho sea de paso- solo para los jerarcas del sistema, ya que el resto de la población, con sus angustias, se van ahogando sin miramientos.

Sin embargo, a pesar de todos los calificativos, hay una pregunta que nadie se hace entre los medios de información, ni entre los analíticos financieros de Europa:


Si Argentina es el más inestable país del mundo emergente.

Si La economía Argentina es una economía bananera.

¿Qué tipo de economía es la española, que cuando Buenos Aires estornuda, Madrid entra en agonía?

Cualquier respuesta coherente deja claro que las causas de los problemas económicos de Europa no provienen de los países emergentes, sino de sus propios vicios financieros y por el odio intestino entre sus países miembros. Ante la crisis que sufren los europeos, la gente afectada está sedienta de información, que siempre es parcial y sobretodo muy técnica para que nadie entienda sus contradicciones. Con el nuevo caso argentino, presentado de forma escandalosa, y ayudado por los escandalosos argentinos, el poder aprovechó para darles de beber a sus ciudadanos información fresca y simplista y así disimular las profundas grietas propias.

Para los grandes medios españoles la devaluación en Argentina no podría haberles llegado en mejor momento. Debido a  la dureza de la crisis económica  en España y al estancamiento europeo, la prensa está impedida de tratar temas económicos propios en profundidad por peligro a entrar en contradicciones con sus propias necesidades.

Las leyes europeas prohíben que los bancos sean propietarios de medios de comunicación, pero nada les impide el hacerse cargo de sus deudas. Así, hoy por hoy, el 87% del patrimonio del los grupos informativos de España están empeñados por los bancos como garantía de los créditos que financian sus astronómicas deudas.

Teniendo en cuenta que esa financiación se renueva anualmente y que los bancos son los más importantes patrocinadores de publicidad, no existe margen para que los medios puedan –en el supuesto caso que quieran- criticar la política económica de Europa, que es dirigida e implementada, con mano de hierro, por el lobby financiero internacional llamado “Mercado”.
Por ello, cuando el jueves 23 de enero por la tarde, la noticia proveniente del lejano cono sur llegó a las redacciones europeas, rápidamente ganó la primera plana, con títulos de catástrofe. Aunque sin profundidad ni grandes pormenores. 

En verdad, la bolsa cayó algo, como en las últimas semanas, pero siempre dentro de la rutina fúnebre de este mercado comatoso. Todo dentro de un paisaje sombrío y caduco, tan a juego con una economía europea bloqueada y  en contra mano del mundo productivo.
Los títulos españoles como Telefónica y bancos retrocedieron un par de puntos pero recuperaron en pocas horas. Nada que justificase tanto alboroto. 

Semejante espectáculo informativo dejaba claro que Argentina estaba en llamas, y que allí los padres mataban a sus hijos por un billete verde. Pero en España todo seguía igual. Como siempre mal,  cuesta abajo y por las causas propias de siempre. Sin embargo el FMI aprovechó para ordenar nuevos ajustes sociales para cubrirse de los malos vientos australes. 

Analizar en profundidad las características de la economía argentina es demasiado complicado y la ignorancia generalizada lo impide. Basta con un poco de escándalo, algo de morbo, gotas de demagogia y mucho de pesimismo. Esa receta es suficiente para marcar la diferencia entre un país bananero y el cetro de la modernidad y el progreso. EUROPA.

Televisiones, radios y periódicos on-line,  siguieron dando bombo a la devaluación, siempre a la cabeza de sus titulares, eso sí, sin ninguna actualización y sin agregar noticias frescas. Sin embargo la llovizna mojó y empapó. La gente normal se hizo con la angustia ajena y olvidó la propia. Por unos días se fueron muy lejos a  buscar a los culpables de sus problemas económicos. La razón de su desesperanza y de su falta de futuro cruzó el atlántico. Para los más influenciables, aquellos imbéciles sudacas estaban robando a las pobres empresas españolas. Así hasta el sábado 25 a la noche.

A partir de entonces, los focos giraron, como todos los fines de semana, hacia Ucrania, nuevo enemigo a batir en nombre de la libertad y la democracia. Su gobierno se niega a entrar en la UE y aceptar su política de ajustes.  

Aquí sí la prensa apoya a las revueltas violentas y a los grupos anarquistas o neonazi que buscan la caída del gobierno. Los medios alientan  la violencia en el este de Europa, pero criminalizan en el sur, las protestas de unos pueblos empobrecidos por lustros, debido a esas políticas económicas que quieren aplicar en Ucrania para controlar el estratégico asunto del gas.

El domingo 26 terminó con los televisores echando humo de tantas barricadas, cristales rotos y heridas de guerra, con indirectas bastantes directas al eterno demonio del comunismo. Y aún quedó estómago para tragarse añejas imágenes desoladoras del corralito de hace tropecientos años y el presagio de nuevas miserias y dolorosos fracasos para los incorregibles pampeanos.

Fin de semana perfecto para la prensa y sus dueños verdaderos. Los españoles se fueron a la cama con el desasosiego propio del domingo por la noche, pero con el consuelo mísero de que en otros sitios están peor que ellos. 

Y eso, a los ciudadanos agobiados, le puede resultar suficiente para no pensar por unas horas en su propia realidad. En esta semana la Coca Cola cerró cuatro plantas procesadoras; el desempleo volvió a subir por sexto año consecutivo; el 57% de los jóvenes y el 52% de los mayores de 50 años no tienen trabajo ni futuro; 3.000 personas pierden su trabajo diariamente; mil familias, todas las semanas, se quedan sin su vivienda a manos de los bancos; los ancianos pasan días de espera en las urgencias de los hospitales con la máxima comodidad de una silla; el 33% de la infancia se alimenta miserablemente; cientos de miles de personas, en este invierno de 5º bajo cero, no han encendido la calefacción o directamente les han cortado la electricidad; la gasolina, la luz, el gas y el teléfono ha subido una media de 4 veces el valor de la inflación; los suicidios por desesperación económica son permanentes y no se publican en la prensa.

Aquí no hay devaluación porque este país no tiene moneda propia para devaluar ni soberanía para ejercerla. No hay cepo cambiario pero tampoco hay euros para cubrir los gastos mínimos de alimentación. No hay miedo al alza de precios porque nadie vende nada. No hay temor por aumentos descontrolados de salarios porque se prohibieron los convenios de trabajo (paritarias) y se derogaron las leyes laborales. No es posible perder los ahorros, porque lo que antes se ahorraba ahora se usa para rescatar bancos y empresas privadas en quiebra

Omiten que hay algo peor que una devaluación: una devaluación asimétrica y parcial. Que hace que con los recortes solo el salario haya sido devaluado el 40% en dos años. Que los contratos de trabajo se hacen por el plazo de un día. Que las horas extras son obligatorias y no se pagan. Que están estudiando una ley de trabajo obligatorio y gratuito, por 12 meses, para los jóvenes que aspiren a entrar en el mercado laboral. Que el despido es libre y gratuito. Que no tienen política económica que criticar porque su política la decide Alemania sin derecho al voto ni  al pataleo. Que su libertad de prensa esta embargada por la patria financiera.

Eso sí, durante ese fin de semana, en sus dominicales, la prensa dio su receta para salvar a Argentina. Hay que hacer ajustes, eliminar los gastos sociales, bajar los salarios, subir los impuestos al trabajo y al consumo y eximir los de las firmas extranjeras, privatizar empresas estratégicas de servicios públicos, abrir las importaciones, dar garantías a las multinacionales, En resumen, hacer todo lo que está haciendo España desde hace 15 años.

El lunes 27 amaneció con la alarma mediática encendida. Con la vista clavada en la bolsa y el oído puesto en Buenos Aires, los periodistas vaticinaban un universal lunes negro. Todo por culpa de aquellos vagos que viven del cuento, corruptos, especuladores,  charlatanes de feria, engrupidos y mucho más piropos.

La mañana fue aburrida, tensa, demorada. Había que esperar que amaneciera en las colonias. Pero la tarde no trajo nada de sangre. Fracaso total. Pero la esperanza es lo último que se pierde y de Argentina se puede esperar cualquier cosa, en cualquier momento.
Ahora, la prensa busca sucesos con que llenar la semana. El asunto de los chinos en los paraísos fiscales ya fue explotado y no da para más. Para colmo los sirios hablan de paz, Irán ha mostrado sus armas y la mujer de Hollande está en India. Triste mundo cuando falta el morbo. Si no llega una noticia parecida a la de un corralito a la argentina, la semana se hará muy larga en las redacciones. Necesitan algún tema hasta el próximo sábado, hasta llegue el momento de Ucrania y su barricada “Made in UE”.


Entretanto en Argentina siguen dándole vuelta a su ruleta rusa preferida. Van 50 años de inflación, devaluación, inflación. Puede que algún día, algunas personas prudentes y sabias, no solo encuentren la fórmula para desactivarla, sino también que consigan las maneras de llevarla a la práctica. Si eso ocurriese, tan maravillosa y buena noticia nunca sería publicada en Europa. Y además existen los antecedentes que garantizan de que si ese milagro se produjera, nada tendría ver Europa en su gestación.
Eduardo Bonugli 

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Españoles, no os quejéis, tenéis un país de puta madre, aunque haya muchos en el paro, no tenéis ni puta idea de lo mal que se vive aquí donde yo vivo, en la Argentina, que está en el extremo sur de Latinoamerica,
Nosotros aquí “sobrevivimos” con miedo a salir de nuestras casas por causa de la terrible delincuencia que existe, Y ni hablar si sales de noche, nuestras vidas están en continuo peligro porque los malandras son mayoría y nos viven acechando, y en cuanto te distraes un poco estas en zona de peligro, pero no cualquier peligro, sino peligro real y concreto de perder la vida a manos de cualquier malechor de los muchos que andan sueltos aquí, con permiso de la justicia corrupta y la policía, claro. En este reputo país, no os miento si afirmo que hay mas malechores que gente honesta. Aqui, las ciudades están siempre sucias, porque la gente es ignorante y guarra y arrojan basura en la vía pública como si nada..
Cuidado si vais a cruzar una calle o avenida pues tu vida corre peligro, aquí nadie respeta los semáforos, ni la vida ajena, es un país lleno de “hijueputas”, Casi todos los que están al volante violan sistemáticamente la luz roja sin el menor reparo ni escrúpulo, las reglas de tráfico aquí existen solo para no ser cumplidas por nadie, en el tráfico impera la ley del mas fuerte, los medios de transporte son una película de terror.. viajar en tren es peligrosisimo, porque a veces sucede que te asaltan y te arrojan del tren, y además los riesgos de accidentes (colisiones entre trenes y descarrilamientos) son algo muy común, y lo mismo sucede si viajas en bus.. el riesgo de tener accidentes es cosa habitual.. A la mañana sales a trabajar y no sabes si vuelves bien a tu casa, a las mujeres nadie las respeta, les suelen gritar groserías y muchas veces las toquetean en la calle, y nadie las defiende, ni saca
la cara por ellas porqué son todos unos cagones comemierda, es un puto país este, indigna vivir aquí debiendo soportar tantas injusticias de los demás, y si insinúas una protesta ten cuidado pues te rompen la cabeza de puro prepotentes que son estos comemierda. Los denominados “piqueteros”, cortan las calles y carreteras cuando se les antoja la real gana, y no permiten el paso de ningún vehículo, ni carros, ni buses, ni ambulancias (aunque lleven a un moribundo no les dejan pasar), para colmo de males la policía ni se mete porqué lo tienen prohibido por el gobierno.. Así que alegraos españoles, y si amais vuestras vidas, ni se os ocurra venir nunca por estos países de mierda..poblados con mucha gente de mierda (salvo honrosas excepciones). Por favor España, volved a Sudamerica
a civilizar nuevamente y socorrernos como una buena Madre Patria que eres,
por el bien de la justicia y la ética de nuestros países..
Os mando un abrazo grande..
Ricardo

Anónimo dijo...

Usted es el ejemplo tìpico del delirio neo-colonial, y se ha equivocado de siglo! Estamos en el XXI, y existen pastillas que ayudan a sobrellevar la ezquizofrenia.
Civilìzese o -como sospecho- quèdese en su inexistente Castilla la manchada.

Anónimo dijo...

Ricardo o Mariano Rajoy?

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