...mientras
se impulsan las imposiciones de corte neoliberal con costos altísimos para la
población
Miguel Ángel Sandoval Diversas expresiones sociales y políticas coinciden que para tener buenos
resultados en las elecciones o en el trabajo con los movimientos sociales, a la
gente de pensamiento revolucionario, genéricamente ubicados bajo el concepto de
izquierdas, les hace falta agrupar esfuerzos antes que dispersarlos. Es una
regla de oro en política y sobre todo, en países como el nuestro en donde el
desempeño de las organizaciones de esta corriente ha sido mediocre en los
Recordar algunos hechos
cercanos es indispensable. En las elecciones DE 2011, cuatro partidos
-ANN, MNR, WINAK, URNG- participaron agrupados en al denominado
Frente Amplio. Se excluyo del mismo a las expresiones del movimiento
social
organizado a pesar de una amplia demanda. Los resultados fueron malos.
Cuatro
partidos, recursos más o menos adecuados, pero apenas se logró tres
diputados
de 158. A continuación el FA se desintegró. Nadie asume esa
responsabilidad.
A pesar de los malos resultados en 2011 la sola idea de conjuntar a las
izquierdas en un frente permitía pensar en una rectificación en las prácticas y
costumbres políticas de los últimos años. Ello a pesar de la exclusión de los
sectores sociales aunque el tema era superable si se encontraba la voluntad
política para llevarlo a cabo. Sin embargo se perdió una oportunidad
invaluable, que ahora ante la crisis que atraviesa el país parece de mucha más
relevancia.
Ahora nos encontramos de nuevo ante la discusión sobre las
posibilidades electorales de las
organizaciones que se reclaman de la izquierda. Ya se ven los movimientos que
buscan hacer alianzas, escoger candidatos, busca recursos financieros, etc. Dos de las organizaciones se integran en una
alianza, otra más anuncia su disposición de ir sola con unas pocas
organizaciones sociales afines, y la restante se encuentra en el conocido
proceso de “depuración” interna. En síntesis,
se espera una participación dispersa y por supuesto, con malos resultados.
Acaso peores que en 2011. Es el resultado del análisis hecho con base en datos
de sobre conocidos.
Si se hace la pregunta sobre el rumbo de la unidad, todas las
organizaciones mencionadas hacen elocuentes discursos sobre su necesidad, pero nadie da un paso en esa dirección. Las
izquierdas chainas, ya se han convertido en una especie de muestra del folklor
de las izquierdas a nivel continental.
Digo esto pues en la mayoría de países del continente se han realizado serios
esfuerzos políticos para agrupar las expresiones progresistas y los resultados
no se han hecho esperar. Expresiones revolucionarias, progresistas,
democráticas, gobiernan en varios países, pero sobre todo, impulsan agendas en
mucho coincidentes en temas torales.
Mientras esto ocurre, en nuestro país vemos como se desarrolla una crisis
del modelo político, la instituciones una a una pierden legitimidad, mientras
se impulsan las imposiciones de corte neoliberal con costos altísimos para la
población. Se recortan los espacios políticos, no hay para pagar salarios a la administración pública, se vuelve a los
presos políticos, amenazas a activistas, se intenta gobernar vía estados de
excepción, se multiplican las condenas
internacionales. Y la población expresa de muchas maneras el cansancio, el
enojo, de todas formas pero casi ninguna de la mano de la izquierda política
partidaria. Es el divorcio y el silencio.
En este contexto lo único que se le ocurre a unos pocos personeros de la
izquierda descrita, son llamados a una asamblea nacional constituyente, como si ello en algo pudiera
contribuir a la solución de los temas estructurales del país. Señalo esto pues
la marginalidad real de la izquierda partidaria y su divorcio con los sectores
sociales más relevantes, no le permite siquiera pensar en escenarios en donde
lo central es la correlación de fuerzas políticas y no los discursos sin
destinatario. Me parece que hace falta seriedad política, programática y
practica.
Como se sabe, la crisis del modelo político corresponde a los estertores de
una economía de finca que fingió globalizarse pero sigue viviendo en el marco
de la finca rural no en la aldea global. Hay una especie de crisis terminal en
el sistema de partidos políticos y con ellos no hay garantía de ningún arreglo
político satisfactorio. Mientras que la otra vía, la de un fuerte y consistente
movimiento social es hoy día una aspiración, al cual, justo es decirlo, no
apuestan las diferentes expresiones de la izquierda política partidaria.
Un político decía de manera reciente que los arreglos políticos han dado
paso a los arreglos económicos, como si se tratara de aquella figura del
lenguaje coloquial “con el pisto baila el mono”. Ello tiene que ver, de nuevo, con la
inconsistente idea de resolver la crisis del paìs con una constituyente, que
hoy por hoy, sería convocada por los mismos y de nuevo, para las mayorías de
trabajadores a observar desde un ladito y sin mucha incidencia un proceso con
cartas marcadas.
Creo que es momento de un espacio de reflexión profunda entre todos y todas
las expresiones que se reivindican de izquierda política partidaria o social
organizada. No se puede continuar con la ceguera y la sordera en su plenitud y
de esa manera ir hacia nuevos fracasos, sean en los escenarios políticos o
sociales. El paìs merece una oportunidad.
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