jueves, 6 de noviembre de 2014

GUATEMALA: A LOS PARTIDOS DE LA IZQUIERDA INSTITUCIONAL

...mientras se impulsan las imposiciones de corte neoliberal con costos altísimos para la población

Miguel Ángel Sandoval Diversas expresiones sociales y políticas coinciden que para tener buenos resultados en las elecciones o en el trabajo con los movimientos sociales, a la gente de pensamiento revolucionario, genéricamente ubicados bajo el concepto de izquierdas, les hace falta agrupar esfuerzos antes que dispersarlos. Es una regla de oro en política y sobre todo, en países como el nuestro en donde el desempeño de las organizaciones de esta corriente ha sido mediocre en los
últimos eventos electorales y sin ninguna participación real en los sucesivos conflictos sociales. 
 
Recordar algunos hechos cercanos es indispensable. En las  elecciones DE 2011,  cuatro partidos -ANN, MNR, WINAK, URNG-  participaron agrupados en al denominado Frente Amplio. Se excluyo del mismo a las expresiones del movimiento social organizado a pesar de una amplia demanda. Los resultados fueron malos. Cuatro partidos, recursos más o menos adecuados, pero apenas se logró tres diputados de 158. A continuación el FA se desintegró. Nadie  asume esa responsabilidad.

A pesar de los malos resultados en 2011 la sola idea de conjuntar a las izquierdas en un frente permitía pensar en una rectificación en las prácticas y costumbres políticas de los últimos años. Ello a pesar de la exclusión de los sectores sociales aunque el tema era superable si se encontraba la voluntad política para llevarlo a cabo. Sin embargo se perdió una oportunidad invaluable, que ahora ante la crisis que atraviesa el país parece de mucha más relevancia.

Ahora nos encontramos de nuevo ante la discusión sobre las posibilidades  electorales de las organizaciones que se reclaman de la izquierda. Ya se ven los movimientos que buscan hacer alianzas, escoger candidatos, busca recursos financieros, etc.  Dos de las organizaciones se integran en una alianza, otra más anuncia su disposición de ir sola con unas pocas organizaciones sociales afines, y la restante se encuentra en el conocido proceso de “depuración” interna. En síntesis,  se espera una participación dispersa y por supuesto, con malos resultados. Acaso peores que en 2011. Es el resultado del análisis hecho con base en datos de sobre conocidos.

Si se hace la pregunta sobre el rumbo de la unidad, todas las organizaciones mencionadas hacen elocuentes discursos sobre su necesidad,  pero nadie da un paso en esa dirección. Las izquierdas chainas, ya se han convertido en una especie de muestra del folklor de las izquierdas  a nivel continental. Digo esto pues en la mayoría de países del continente se han realizado serios esfuerzos políticos para agrupar las expresiones progresistas y los resultados no se han hecho esperar. Expresiones revolucionarias, progresistas, democráticas, gobiernan en varios países, pero sobre todo, impulsan agendas en mucho coincidentes en temas torales.

Mientras esto ocurre, en nuestro país vemos como se desarrolla una crisis del modelo político, la instituciones una a una pierden legitimidad, mientras se impulsan las imposiciones de corte neoliberal con costos altísimos para la población. Se recortan los espacios políticos, no hay para pagar salarios  a la administración pública, se vuelve a los presos políticos, amenazas a activistas, se intenta gobernar vía estados de excepción,  se multiplican las condenas internacionales. Y la población expresa de muchas maneras el cansancio, el enojo, de todas formas pero casi ninguna de la mano de la izquierda política partidaria. Es el divorcio y el silencio.

En este contexto lo único que se le ocurre a unos pocos personeros de la izquierda descrita, son llamados a una asamblea nacional  constituyente, como si ello en algo pudiera contribuir a la solución de los temas estructurales del país. Señalo esto pues la marginalidad real de la izquierda partidaria y su divorcio con los sectores sociales más relevantes, no le permite siquiera pensar en escenarios en donde lo central es la correlación de fuerzas políticas y no los discursos sin destinatario. Me parece que hace falta seriedad política, programática y practica.

Como se sabe, la crisis del modelo político corresponde a los estertores de una economía de finca que fingió globalizarse pero sigue viviendo en el marco de la finca rural no en la aldea global. Hay una especie de crisis terminal en el sistema de partidos políticos y con ellos no hay garantía de ningún arreglo político satisfactorio. Mientras que la otra vía, la de un fuerte y consistente movimiento social es hoy día una aspiración, al cual, justo es decirlo, no apuestan las diferentes expresiones de la izquierda política partidaria.

Un político decía de manera reciente que los arreglos políticos han dado paso a los arreglos económicos, como si se tratara de aquella figura del lenguaje coloquial “con el pisto baila el mono”.  Ello tiene que ver, de nuevo, con la inconsistente idea de resolver la crisis del paìs con una constituyente, que hoy por hoy, sería convocada por los mismos y de nuevo, para las mayorías de trabajadores a observar desde un ladito y sin mucha incidencia un proceso con cartas marcadas.

Creo que es momento de un espacio de reflexión profunda entre todos y todas las expresiones que se reivindican de izquierda política partidaria o social organizada. No se puede continuar con la ceguera y la sordera en su plenitud y de esa manera ir hacia nuevos fracasos, sean en los escenarios políticos o sociales. El paìs merece una oportunidad.

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