1. El mundo multipolar es una alternativa radical al mundo unipolar (que existe de facto
en la situación actual), debido al hecho de que insiste en la presencia
de unos pocos centros de toma de decisiones estratégicas globales a
nivel mundial, independientes y soberanos.
2. Estos centros deberían estar
suficientemente equipados y ser económica y materialmente independientes
para
poder defender su soberanía frente a una invasión directa por parte de un enemigo potencial a nivel material, y la fuerza más poderosa en el mundo de hoy debe entenderse como tal amenaza. Este requisito se reduce a ser capaz de soportar la hegemonía financiera y estratégico-militar de los Estados Unidos y los países de la OTAN.
poder defender su soberanía frente a una invasión directa por parte de un enemigo potencial a nivel material, y la fuerza más poderosa en el mundo de hoy debe entenderse como tal amenaza. Este requisito se reduce a ser capaz de soportar la hegemonía financiera y estratégico-militar de los Estados Unidos y los países de la OTAN.
3. Estos centros de toma de decisiones no
deben aceptar el universalismo de los estándares, normas y valores
occidentales (democracia, liberalismo, libre mercado, parlamentarismo,
derechos humanos, individualismo, cosmopolitismo, etc.) y pueden ser
totalmente independientes de la hegemonía espiritual de Occidente.
4. El mundo multipolar no implica un
retorno al sistema bipolar, porque hoy no hay una sola fuerza
estratégica o ideológica que pueda resistir sin ayuda a la hegemonía
material y espiritual del Occidente moderno y de su líder, los Estados
Unidos. Debe haber más de dos polos en un mundo multipolar.
5. El mundo multipolar no considera
seriamente la soberanía de los estados nación existentes, que es
afirmada sólo a nivel puramente jurídico y no es confirmada por la
presencia de suficiente potencial de poder estratégico, económico y
político. En el siglo XXI ya no es suficiente con ser un Estado-nación
para ser una entidad soberana. En tales circunstancias, la soberanía
real solo puede alcanzarse mediante una combinación y coalición de
estados. El sistema de Westfalia, que sigue existiendo de jure, ya no refleja la realidad del sistema de relaciones internacionales y requiere revisión.
6. La multipolaridad no es reducible a la
no polaridad, ni al multilateralismo, porque no sitúa el centro de la
toma de decisiones (el polo) en el gobierno mundial, ni en el club de
los EEUU y sus aliados democráticos (el “Occidente global”), ni al nivel
de redes sub-estatales, ONGs y otras entidades de la sociedad civil. Un
polo debe estar localizado en otro lugar.
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