Alfredo Serrano Mancilla Han pasado más de tres años desde la muerte de Hugo
Chávez. Suficiente tiempo para que haya acontecido absolutamente de todo
en un país en revolución. Cualquier identidad política se transforma
inevitablemente después de tanta densidad histórica. Es imposible quedar
intacto. El Chavismo, como cualquier identidad política viva, se nutre
de lo que acontece. La incógnita está en cómo se van a metabolizar estos
hechos
transcurridos. Se apertura una nueva etapa histórica para
replantearse cómo resurge el Chavismo hacia delante tras este ciclo
corto tumultuoso.
El
ámbito de lo económico es crucial en esta discusión. La guerra económica
interna continua haciendo estragos. La emergencia económica obliga a
acelerar las respuestas. La Agenda Económica Bolivariana (AEB) es la
respuesta en construcción del Chavismo para afrontar este gran desafío.
Toca tomar un camino. Aparecen muchas ventanas. No todas son compatibles
entre sí. Hay que ordenar la casa. Y hay que elegir qué poner en cada
lugar, qué hace cada quién, cómo se reparten las tareas y los recursos,
cuáles son las condiciones de vida deseadas para los inquilinos y qué
reglas de convivencia (adentro-afuera) son las que darán paz y calma en
el hogar.
Hay que forjar
la senda económica para los próximos años. A partir de esta necesidad,
se pueden advertir múltiples formas de encarnación económica del
Chavismo para la próxima década. He aquí la disputa. He aquí el dilema.
¿Qué camino elegir? Hay algunas opciones encima de la mesa: a) los que
no quieren moverse ni un ápice de los viejos postulados ortodoxos, b)
aquellos que persiguen nuevas “amistades peligrosas” para lograr una
gobernabilidad económica, una suerte de neosocialdemocracia
bolivariana; c) tampoco faltan los que quisieran hacer un viraje
neoliberal en versión suave, y por último, d) están los que buscan en
Chávez las tesis económicas del Chavismo para esta nueva etapa.
Existe
un pulso entre las diferentes interpretaciones del Chavismo en lo
económico. Estratégicamente, los cuatro caminos anteriores son
incompatibles entre sí. En lo táctico, son validas algunas
combinaciones, pero siempre cuidándose de que no se acabe imponiendo
aquello que no se desea para el medio plazo. Cuanto más adversa es la
coyuntura, lo táctico suele ganar la pelea a lo estratégico. Esta pugna
está más presente que nunca. Es por tanto la hora de la gran definición.
De no hacerlo, se corre el riesgo de que cada quién tome su propia
receta, lo que podría desencadenar un empate catastrófico, sin final
feliz.
El Chavismo tiene
una esencia básica que ha de servir como línea roja innegociable que no
se debe cruzar jamás: su irreverente valentía y su alta dosis de
creatividad. De nada sirve "copiar-pegar". El Chavismo se guía por todo
lo contrario, por el “inventamos o erramos” de Simón Rodríguez.
Incumplir esta máxima sería abandonar un gen definitorio. A partir de
esta premisa, se abre la discusión acerca de las siguientes tesis
económicas del Chavismo.
1ª Tesis Económica:
La economía es una ciencia política. No hay economía sin política. Para
Chávez, esto fue siempre una máxima irrenunciable: “Una economía que
esté desarraigada, descontextualizado de lo político y lo social,
realmente no es economía”. En este momento sería un error histórico
pensar que se puede salir únicamente con medidas económicas sin atender a
la disputa política. No hay relación entre variables económicas que no
esté marcada por la confrontación política. No se puede solucionar el
tema de la inflación o el desabastecimiento solo a través de un debate
sobre el valor de ciertas variables económicas nominales. No existe tal
linealidad. La economía política está presente a través de un proceso de
puja distributiva: quién se queda con qué. Es un principio básico a
tener en cuenta. La democratización de la economía está reñida con los
intereses de los poderes económicos que concentran una gran tajada de la
renta del país. Este es el primer punto a resolver: qué acuerdo
distributivo es óptimo para el Chavismo, tanto desde la perspectiva de
la justicia como desde la misma eficacia económica.
2ª Tesis Económica:
los derechos sociales y humanos no se negocian. El ser humano está en
el centro de gravedad del Chavismo como identidad económica. Hay una
premisa teórica chavista fundamental: la desmercantilización de los
derechos sociales como vía para consolidar una economía humanista. Se
impone el valor de uso frente al valor de cambio. El Estado de las
Misiones es la base empírica del Chavismo para satisfacer este asunto
teórico. Desde ahora en adelante, el objetivo es buscar cómo sostenerlo
fiscalmente frente a la caída de los precios del petróleo. Se debe
calcular cuál es el presupuesto de las Misiones Sociales y utilizar este
valor como meta de la Revolución Tributaria en clave estructural. Pero
además se necesitan respuestas coyunturales urgentes, ahora, ya. Estamos
ante el imperativo de la “economía del mientras tanto” en todo aquello
que resulta esencial para la población venezolana. No sirve ninguna
política económica si no atiende a esta dimensión apremiante. Los
Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP) y las Tarjetas de
Misiones Socialistas (TMS) son respuestas rápidas para esta emergencia
adversa, como en su momento lo fueron las misiones en el año 2003. Ambos
instrumentos deben crecer hasta alcanzar a la población objetivo más
vulnerable. Pero no es suficiente solo con eso. Además hay que
implementar aquellos complementos que sean eficaces para buena parte de
la población que se sitúa en torno a la media de la distribución. Es
fundamental una política de Estado para este amplio abanico en todo lo
que concierne a lo social y a los derechos económicos para garantizar
condiciones de una vida digna.
3ª Tesis Económica:
la Revolución Bolivariana exige una transformación integral de su
metabolismo económico. La guerra económica se sostiene gracias a una
estructura económica carcomida por el metabolismo social del capital
impuesto en los últimos años en ciertas actividades económicas. La forma
de lograr la paz económica depende de cómo se apuntale la nueva
estructura. El capitalismo perdió la batalla por la renta petrolera en
origen, pero viene ganando la batalla por la renta petrolera en destino1.
En este sentido, hay “cuatro grandes enfermedades” que padece la
economía venezolana y que deben ser curadas en el menor tiempo posible:
1) rentismo exportador petrolero, 2) rentismo importador, 3) sistema
distributivo ineficiente-especulativo y 4) estructura económica
oligopólicas. Estas enfermedades constituyen un cuadro médico complejo,
pero que tiene cura. Sin embargo, la cura se hace más dificultosa por
otros factores determinantes que procuran derrocar a la Revolución
Bolivariana. El Dolar Today es un asunto principal: una página de
Internet que marca cuál es la relación entre el dólar y el bolívar en el
mercado negro y que actúa como cotización oficiosa que es aceptada por
el sistema económico. Ha sido y sigue siendo un arma de destrucción
masiva contra la economía, induciendo precios a pesar que tiene poco
protagonismo en las transacciones económicas reales.
Todos estos males
generan círculos viciosos y ociosos de la renta; no crean riqueza;
provocan exceso de dependencia de la divisa petrolera; dependencia de
pocos actores económicos; cadenas ineficientes de valor; precios
elevados... Es por tanto el cambio de metabolismo el que debe servir de
guía para las decisiones económicas de los próximos años. Perder de
vista la totalidad de la economía es querer resolver todo mediante
varitas mágicas. Hay que romper el mito de soluciones simples para
problemas económicos complejos.
La economía neoclásica, como soporte
teórico del neoliberalismo, nos llevó a ese imaginario falso. Se trata
de pensar la economía integralmente y sin perder de vista el metabolismo
al que se quiere llegar. Esta es la verdadera estabilidad
macroeconómica que hay que perseguir y no aquella que genera
desequilibrios microeconómicos (pretendidamente invisibilizados por el
orden neoliberal).
4ª Tesis Económica:
una nueva economía productiva equilibrada, diversificada y
democratizada. Sin base material productiva, el socialismo económico
bolivariano es insostenible. La independencia económica únicamente pasa
por la Revolución Productiva. Esta es la única vía para corregir de
forma sostenible el desfase estructural entre la pujante demanda interna
(democratizada) y la insuficiente oferta (no democratizada). Es hora de
generar riqueza productiva.
Hay que buscar los nodos multiplicativos de
la economía; se trata de hacerse más grande para repartir mucho mas.
Hay que prestar más atención a la productividad; a la ciencia y
tecnología; se debe transitar hacia la economía del conocimiento. Y
también hay que tener en cuenta el mundo externo actual cuya producción
está muy fragmentada geográficamente. Así, en muchas ocasiones, será más
fructífero concentrarse en la elaboración de insumos productivos que en
la producción final.
En
esta nueva etapa se debe continuar con los motores productivos,
priorizando lo alimentario y la salud, pero sin descuidar las industrias
básicas y estratégicas (sector minero, petroquímica). También hay que
dar un salto en el sector turístico. En todos estos ámbitos es
fundamental definir bien las reglas del juego de las nuevas alianzas
estratégicas para atraer inversiones privadas, para crecer más, pero
siempre bajo condiciones de soberanía. Hay que definir un único modelo
de inversiones extranjeras atendiendo a las especificidades de cada
sector.
Pero además, se
hace imprescindible avanzar en favor de una nueva era del sujeto
productivo. Hay que crear nuevos actores con nuevas subjetividades
productivas. Es esencial construir una nueva cultura del trabajo
productivo. No hay que olvidar que el objetivo del Chavismo es
democratizar el aparato productivo. He aquí la cuestión: motores
económicos con nuevos actores; nuevos bienes producidos pero con más
productores, con relaciones sociales de producción justas. El desafío es
el cambio del patrón productivo de acumulación para hacerlo más
equitativo. Hay un tándem esencial del Chavismo irrenunciable:
Distribución-Democracia. Chávez decía que ”no es posible hablar de
democracia cuando ésta empobrece a la mayoría y enriquece a la minoría”.
En esta tarea de democratización de la economía, es fundamental el cómo
se injerta el poder comunal como actor económico. La comuna no ha de
ser marginal; ha de ser protagónica económicamente. La Agricultura
Urbana es otra oportunidad que satisface esta y la anterior tesis. Son
nuevas fuentes de riqueza que han de ser impulsadas con más fuerza. Hay
que continuar escarbando para encontrar nuevas formas de producir más
chavistas.
5ª Tesis Económica: es la hora de la Gran Política Económica.
La economía es como un acordeón: requiere de la armonía de todas sus
teclas. Son necesarios todos los instrumentos económicos y todos han de
remar en la misma dirección. De nada sirve que unos vayan en un sentido
si otros lo hacen al lado opuesto. Estas son algunas herramientas
elementales:
a) Revolución
Tributaria. Ante la restricción económica externa es imprescindible
recaudar en el interior de manera eficiente y bajo criterios de justicia
social. Es esencial implementar impuestos sobre el gran capital ocioso
para los contribuyentes especiales que no destinan su patrimonio a
actividades productivas. También hay que continuar con el sistema de
facturación electrónica para ganar la batalla al fraude y a la elusión
fiscal.
b) Política de
Estabilización de Precios con Abastecimiento Soberano. Es necesario
introducir el control de precios en origen (importación) para no comprar
por encima de los precios de referencia internacional. Los precios
deben acomodarse a los costes reales de producción, con tasas de
ganancias justas y que sean más favorables para la producción nacional
que para el importador. Hay que evitar a toda costa dos universos de
precios para un mismo bien, uno barato y otro muy caro. Ese esquema
crearía dos economías peligrosamente paralelas.
c)
Nueva política de creación, captación y administración de divisas. La
nueva política de acupuntura de divisas se debe guiar por criterios
sociales y económicos. Hay que seguir importando aquello que no se pueda
producir en el corto plazo y que sea socialmente necesario pero también
hay que importar los insumos productivos que se precisan para el
despegue de los motores. Para ello se requiere una divisa protegida que
no esté sujeta al vaivén especulativo del mercado.
Y en forma
complementaria se debe perfeccionar el método de asignación de las
divisas a través de un sistema de flotación administrada, ágil en su
intercambio, atractivo para los ahorristas y disponible en cantidades
pequeñas para el uso familiar, estableciendo cuotas por actividad
económica. En paralelo hay que seguir buscando fuentes alternativas para
atraer más divisas: arco minero, fomento de exportaciones no
petroleras, nuevas emisiones de papeles indexados por el precio del
petróleo, etc.
d)
Continuar ordenando la política de subsidios. Perfeccionar un esquema de
precios de gasolina que permita sostener el nuevo sistema de subsidio
directo a las personas a través de las Tarjetas de Misiones Socialistas.
Hay que acabar con la era del subsidio al producto: el nuevo paradigma
de subsidio ha de ser a la persona y no el producto. Pero además hay que
actualizar los subsidios a la electricidad en forma progresiva, a
través de mecanismos cruzados que protejan a los que menos tienen -y por
tanto, menos consumen- a costa del pago de los más consumidores.
e)
El sector financiero no puede dar la espalda a la economía real. Hay
que poner a producir a las finanzas. Se necesita de una nueva matriz de
cartera crediticia en sintonía con los pequeños y medianos productores.
No debe haber reservas bancarias excedentarias más allá del encaje
legal. Las finanzas han de servir de combustible para los diferentes
motores productivos.
f)
Otras políticas económicas. No hay que descuidar la política de compras
públicas como músculo económico. Hay que desarrollar un nuevo sistema
gerencial público. Se necesita una política de deuda externa acorde a la
nueva etapa de generación de riqueza productiva.
6ª Tesis Económica.
Ganar económicamente el futuro. Hay que vencer la batalla de las
expectativas. Esto no se logra perdiendo las raíces ni la memoria, pero
tampoco quedándose atrapado en un lenguaje económico del pasado. En esta
labor, es primordial la pedagogía económica. Se trata de generar un
nuevo consenso de ideas económicas del Chavismo en torno a la nueva
época y nueva épica. Se requiere de una comunicación económica con su
propio relato-narrativa, cercana, que facilite la construcción de otro
imaginario económico en la mayoría popular. El Socialismo Bolivariano
del siglo XXI exige nuevas categorías que motiven hacia delante, otras
invenciones para dar forma a otro conjunto de esperanzas en materia
económica. Las "nuevas clases medias de origen popular” deben ser
caracterizadas.
Este sujeto emergente es heterogéneo y contradictorio;
es un híbrido de lo que fue, lo que es y lo que quiere ser; es un actor
en transición, en conformación; es un sujeto que ha naturalizado los
derechos sociales adquiridos y con una nueva lógica aspiracional. Sin
embargo, esto no significa que haya perdido sus raíces ni que tenga
amnesia. No quiere volver al pasado pero sí quiere pensar en el futuro.
Aparece una nueva subjetividad que se debe conocer y analizar. Está en
constante relación con nuevos medios (redes sociales), con otra
estética, que responde a una etapa posfordista. Es la hora de dar otro
salto adelante.
7º Tesis Económica. La economía bolivariana en el mundo multipolar. No es posible hacer una
revolución adentro si no se revolucionan las relaciones económicas con
el afuera. Es imposible que un proceso de transformación nacional sea
exitoso en el tiempo si no se cuenta con alianzas internacionales
favorables. La cosmovisión bolivariana considera que las dimensiones
nacional y supranacional son necesariamente complementarias y
simbióticas. Por ello, no se trata de romper con los cinturones de
seguridad que creó Chávez en clave geoeconómica. El quid está en
actualizar la estrategia de inserción en el mundo acorde al nuevo tiempo
que se avecina. Nada es como antes del estallido de la crisis
financiera (2007-2008).
Corresponde una “lectura atinada” de lo que
sucede económicamente afuera. Se debe construir una dimensión externa de
la Agenda Económica Bolivariana. En este sentido, es prioridad trabajar
una AEB específica para el próximo año en Unasur (por ejemplo, crear
una Agencia de Suramericana de Calificación de Riesgos), para reactivar
el ALBA desde lo económico; y avanzar económicamente con los BRICS
(Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica). También es fundamental la
inserción virtuosa en las cadenas globales de valor y el diseño de
estrategias de cara a las emergentes translatinas.
En
definitiva, el Chavismo está ante la definición de sus tesis económicas
para la nueva fase. De no hacerlo, acabará definiéndose por reducción
al absurdo. El Chavismo siempre se caracterizó por su naturaleza
ofensiva. Hay que pasar a ser proactivo sin que ello signifique que no
se deba poner a salvo todo lo conquistado. Es el momento de reapropiarse
del debate económico imponiendo los temas sobre los que se quiera
progresar. Estamos –gramscianamente hablando- en una guerra de
trincheras, en una guerra de posiciones en materia económica. Esto exige
ganarle terreno al enemigo histórico que jamás renuncia a quedarse en
la casa venezolana.
El
buen gobierno de la economía, desde una óptica chavista, dependerá de
las tesis económicas que se acaben imponiendo. La batalla de las ideas
económicas está servida, tanto en el plano teórico como en la praxis
cotidiana.
1
Como diría Mészáros, el “sistema del capital pos capitalista”, esto es,
el capitalismo —nacional o transnacional— que se quedó a residir en
Venezuela a procurar reapropiarse de la renta petrolera que ahora está
en manos de la mayoría de los venezolanos.
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