Por: Alejandro Guerrero
La presa Yacyretá genera una energía de 14.500 gigawatts/h. De la mitad que le corresponde, Paraguay sólo utiliza entre el 2 y el 5 por ciento. El resto lo vende a la Argentina, que obtiene de esa compra el 16 por ciento de toda la energía que consume.
Argentina paga 30 dólares por megawatt, precio muy por debajo del vigente en el mercado mundial. Como se recordará, el año pasado Argentina importó electricidad de Brasil a 240 dólares el megawatt, de acuerdo con la cotización internacional.
Pero los ingresos por la venta de esa energía no van al Estado paraguayo sino al ente binacional Yacyretá SA, que lo destina al pago de su deuda con el Estado argentino por la construcción de la obra. Es decir, vuelven a la Argentina.
Como la deuda es enorme (11.000 millones de dólares) y el precio de venta muy bajo, el dinero recibido por el Paraguay 'no alcanza a pagar la amortización y la deuda sigue subiendo (...) sólo un megawatt a 80 dólares habría permitido pagar los costos de operación y mantenimiento y parte de la amortización' (La Nación, 22/4).
Lugo buscará renegociar el precio de venta y, también, el fondo de reparación por las inundaciones que produzca la presa. 'Pero si quiere renegociar, deberá ceder algo', adelantó el ex secretario de Energía Carlos Bastos (ídem).
Algo similar sucede con la energía producida por la presa Itaipú, que Paraguay comparte con Brasil. De las veinte turbinas instaladas allí, a Paraguay le corresponden diez, pero apenas emplea la energía producida por una de ellas.
El producto de las otras nueve lo vende a la brasileña Electrobras por cien millones de dólares anuales.
Electrobras revende esa electricidad al parque industrial de San Pablo en dos mil millones de dólares por año. El lunes 21 de abril, a horas de la victoria de Lugo, el diario ABC Color, de Asunción, puso en tapa un título en tamaño catástrofe: 'Brasil explota a Paraguay' (por la compra de energía) y añadió en la bajada: 'Esa es la primera tarea del nuevo gobierno'.
Así se ve que franjas decisivas de la burguesía paraguaya presionan a Lugo para que aborde, con la mayor energía, una renegociación de los contratos energéticos con Brasilia (también con Buenos Aires), cosa que en modo alguno podía hacer el Partido Colorado, metido hasta el tuétano en ese entramado corrupto…
La diferencia entre los 'precios políticos' que Paraguay recibe por la venta de electricidad al Brasil y a la Argentina, y los precios de mercado, ronda los 1.800 millones de dólares anuales, monto gigantesco para la economía paraguaya (tiene un PBI de 2.000 millones y una deuda externa de 3.000 millones).
Con ese dinero, especula Lugo, podría abordar un plan económico - obras públicas, por ejemplo- que le permitiría reducir la desocupación y atemperar los conflictos de clases.
Mientras tanto, Estados Unidos sigue los acontecimientos de un país que considera estratégico, un Estado 'tapón' entre Brasil y la Argentina, asentado además sobre el Acuífero Guaraní, una enorme reserva que podría proveer agua dulce a 360 millones de personas durante cien años, a razón de 300 litros por persona y por día. Y el agua, se sabe, empieza a ser un recurso casi tan sensible como el petróleo.
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