Un grupo de ex oficiales de los servicios secretos del Ejército de EEUU, integrantes del “Veteran Professionals for Sanity” (VPS), advierte en un memo a Barack Obama que Israel prepara un ataque contra Irán este mes y sugieren que el presidente denuncie públicamente este ataque para evitar una guerra de imprevisibles consecuencias.
El documento afirma que Netanyahu proyecta un ataque por sorpresa, con la idea de obligar a Estados Unidos a proporcionar un apoyo total de su ejército a la campaña militar. Se basan en comentarios formulados en oportunidad por el actual primer ministro, en el sentido de que EEUU no pondrá obstáculos en ese camino y que el 80% de los estadounidenses apoya a Israel. Recordemos que las autoridades militares israelíes dijeron sin ambages que analizan un posible ataque a Irán y que naves de guerra de la US Navy y de Israel dotadas de armamento nuclear se desplazan a proximidad de la zona.
El memo agrega: “Esperamos que sus consejeros le hayan dicho que el objetivo principal de Israel es un cambio de régimen en el país y no las armas nucleares iraníes”, y subrayan que la posibilidad de que Israel desencadene esta agresión son cada vez más reales y próximas, antes de una posible reanudación de las conversaciones entre Irán y la comunidad internacional en setiembre sobre el intercambio de uranio enriquecido. Esto último constituye “una falsa maniobra” a juicio del gobierno de Israel, que estaría dispuesto a lanzar el ataque para impedir cualquier acuerdo en ese sentido.
La carta lleva las siguientes firmas (entre paréntesis, sus años de actuación en los servicios de inteligencia): Phil Giraldi, ex miembro de la CIA (20 años); Larry Johnson, ex miembro de la CIA (24 años); W. Patrick Lang, coronel de las Special Forces y de Defense Intelligence Agency (30 años); Ray McGovern, oficial del US Army Intelligence y de la CIA (30 años); Coleen Rowley, FBI (24 años); Ann Wright, del US Army Reserve (29 años) y del Foreign Office del Departamento de Estado (16 años).
A todo esto, el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, almirante Michael Mullen, declaró el 3 de agosto a la TV que “un plan de ataque a Irán está pronto para ser ejecutado”. Después agregó que eso sería “en caso de que Teherán produzca el arma nuclear”, pero lo dicho, dicho está.
El almirante expresó que estaba “extremadamente preocupado” por las consecuencias que una ofensiva armada de esa naturaleza puede provocar en una región tan increíblemente inestable. Pero fue más allá: señaló que confiaba en que las sanciones impuestas a Irán lo harían abandonar su programa de enriquecimiento de uranio. Y aquí viene lo importante: en caso de que eso no suceda, “las opciones militares están sobre la mesa y permanecen allí. Espero que no tengamos que utilizarlas, pero son importantes y bien conocidas”.
Como no hay razón alguna para que Irán abandone su programa de desarrollo nuclear pacífico, lo que queda en pie es la amenaza bélica del jefe militar yanki.
Su declaración fue emitida en respuesta a la negativa de Irán de liberar a tres turistas norteamericanos (Shane Bauer, Sarah Shourd y Josh Fatal, de 27, 31 y 27 años) que fueron capturados penetrando ilegalmente en el país desde las montañas del norte de Irak. También el presidente Obama pidió su libertad, alegando que no son espías sino que “tienen el espíritu abierto y aventurero de los jóvenes, que representa lo mejor de (Norte) América y del espíritu humano”. Irán dice que deberán responder ante la Justicia.
El problema iraní también fue evocado por el presidente Lula en la XXXIX Cumbre de presidentes del Mercosur en San Juan, Argentina, el 3 de agosto. En la reunión se dieron positivos pasos adelante en cuanto a la eliminación del doble arancel externo común y la conformación de un código aduanero, la utilización de los fondos del Focem para múltiples proyectos y el acuerdo del bloque con Egipto, entre otros.
Se registraron también importantes pronunciamientos internacionales: por el fin del bloqueo a Cuba, contra la ley antiinmigrantes SB 1070 de Arizona, por la soberanía argentina sobre las Malvinas y el rechazo a la agresión de Israel contra la flotilla humanitaria en Gaza. En ese marco, Lula hizo un racconto de todas sus gestiones a favor de un acuerdo pacífico con Irán, que involucró conversaciones con el presidente de Irán, con Sarkozy, Angela Merkel y Gordon Brown, con Abbas y Netanyahu; recibió en Brasil al presidente israelí, Simón Peres, al presidente de Siria y al de Irán; después fue él a este país.
Sobre esa base se gestó un acuerdo, que fue firmado por Brasil, Turquía e Irán y se correspondía con lo planteado por el presidente Obama como base para una negociación, con garantías para todos. Pero ese acuerdo fue dejado de lado por la mayoría del Consejo de Seguridad, que se internó por cuarta vez en el peligroso camino de las sanciones contra Irán.
Y eso es lo que hoy coloca en primer plano el tema de una guerra nuclear, como grave alerta al mundo entero.
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