La periodista de Telesur, Madelein
García, ha contactado algunas familias en la frontera colombo-venezolana, para constatar la situación
de los desplazados. El verdadero panorama del
narcotráfico, los paramilitares, las extorsiones.
Madelein Garcia Lo primero que me encontré en la
invasión fue el despliegue militar y las personas familiarizadas con su
presencia. Mi objetivo, constatar cómo estaba la situación la gente a
denunciado
Colombia: Scoperta la fossa comune più grande del continente QUI
supuesto maltrato de mas autoridades. Así que caminé y caminé
para escuchar las diferentes voces.Colombia: Scoperta la fossa comune più grande del continente QUI
Me topé con una familia venezolana. Me
habló de la incertidumbre por la orden del Pdte. Maduro de salir de la
zona de seguridad fronteriza. La familia venezolana me contó que estaban
hablando para organizarse, para saber que iba a pasar y estaban en
conversación con autoridades. Les pregunté si habían sentido maltrato
siendo venezolanos o a extranjeros me dijeron que no pero que no
debieron abordarlos de 1 día pa otro, sin embargo hablaron de la
necesidad de organizar la zona y controlar las irregularidades. No
quisieron abordar el tema del contrabando.
Me llamó la atención lo que dijo aquel
hombre y seguí preguntando: dicen que por aquí hay paramilitares… casi
me tapa la boca, le pregunté porqué hablaba tan bajito y contestó es que
aquí hay ojos por todos lados mirando qué hace y dice uno. Casi entre
dientes me confirma que hay extorsión. Todos pagan semanalmente una
vacuna, 50 bolívares por familia y hay cerca de 4 mil. El hombre miró
para los lados y me dijo que no podía hablar más.
Una colombiana se acerca y me dice que
quienes están diciendo que los maltratan es una gran mentira: -yo soy
colombiana y me han respetado, dijo. Le pregunté si tenía los papeles en
regla me dijo que no y que sabía que le tocaría salir pero, “Venezuela
me ha dado todo”. “Lo que no tuve en mi país lo he conseguido acá.
Familia, salud, educación. No podemos pagar juntos por pescadores”. Le
pregunté por los paramilitares y en eso, se fue retirando, sólo contestó
“es secreto a voces pero hay que ser sordo, ciego y mudo”.
En La invasión se respira miedo, se
respira terror. La gente prefiere no hablar del tema ‘contrabando y
paramilitarismo’. Empecé a caminar junto a la trocha por donde estaban
pasando por el río. Pregunté si los estaban obligando a salir por allí.
Me contestaron que antes de ser deportados, preferían tomar sus cosas e
irse. Me llamó la atención así que insistí, ¿por qué no hacerlo por el
puente?, “Nos dieron tiempo sólo para recoger las cosas”, dijeron. Les
volví a decir que había una logística para trasladarlos y guardar sus
cosas. Un deportado según las leyes venezolanas no puede entrar hasta 2
años después, allí entendí que podía ser una razón de irse por el río.
Seguí caminando y me topé con un abuelito, era sobreviviente de la
masacre paramilitar de la Gabarra, Venezuela le dio refugio, “Yo vengo
huyendo de los paramilitares y estoy en pánico porque veo acá a mis
verdugos”. En ese momento, comencé a sentir lo que dijo aquel 1er
hombre, habían ojos por todos lados.
Un motorizado pasó varias veces, simuló
entrar en una casa y pasó de nuevo, otro salió y comenzó a grabarnos.
Pasó otro motorizado, se hablaron y cada vez que pasaban miraban de
arriba abajo como grabando el rostro. Entró a una casa humilde y, luego
de tomar confianza, pregunté si era normal que te marcarán. “Estamos
sometidos aquí hay paracos”, respondieron. Era la segunda voz que
escuchaba decir que les cobraban vacuna para la prote, es decir
protección para la zona. Frente a mis ojos veo pasar todo el tiempo el
contrabando y ¿por dónde pasa? Por el camino que están utilizando para
irse a Colombia, pero hay muchos más, hay trochas por todos lados…
¿Puedo grabarte? pregunté. “Tú quieres que me maten”. Sentí que ya debía
irme. Volvieron a pasar los motorizados, luego se paró otro con
parrillero, manejaba una mujer. También nos grabó.
Desarticular el centro de logística de
las mafias y esa estructura paramilitar busca el gobierno con el estado
de excepción. Los testimonios fueron claros y confirmaron el modus
operandi que emplean los paramilitares en Colombia y aplican en
Venezuela. Narro lo que viví en La invasión y termino diciendo lo que
subrayó un desplazado “deben acabar con ese cáncer, el paramilitarismo
destruye”.
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