Una milicia armada contratada por la trasnacional de transgénicos Syngenta, invadió el campamento Terra Livre en Paraná, Brasil, matando de dos tiros a quemarropa a Valmir Mota de Oliveira, conocido como Keno, militante del Movimiento de los Trabajadores Sin Tierra (MST), de 34 años, padre de tres hijos. Además hirió gravemente a otras personas del mismo movimiento.
Como lo expresa el MST, "Keno era uno entre centenares de militantes de la Vía Campesina que hace más de un año, hicieron públicos para Brasil y el mundo, los crímenes ambientales de Syngenta", cosa que la trasnacional no podía dejar pasar.En marzo del 2006, al mismo tiempo que se reunía en Paraná el Convenio de Diversidad Biológica de Naciones Unidas y su Protocolo Internacional de Bioseguridad -que regula los movimientos transfronterizos de transgénicos-, Vía Campesina Brasil ocupó los campos experimentales de transgénicos de Syngenta en Santa Teresa do Oeste, ilegales por estar en el área de amortiguamiento del Parque Nacional de Iguazú que alberga las famosas cataratas de mismo nombre.
Según la ley de bioseguridad en Brasil, estaba prohibido sembrar transgénicos en una extensión de 10 kilómetros de un área natural protegida. Gracias a la notoriedad de la ocupación y a la denuncia de las organizaciones sociales, la autoridad ambiental, IBAMA, sentenció a Syngenta a pagar una multa de 500 mil dólares, cosa que la multinacional nunca efectuó. Más tarde, el gobierno de Lula da Silva cambió la ley, reduciendo el área de amortiguamiento a solamente 500 metros. Syngenta aprovechó el favor que le hizo Lula para apelar el pago. No existe aún sentencia definitiva en el caso.
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