-¿Qué tipo de presiones hubo por parte de los gobiernos?
-Hubo presiones muy fuertes de todos los gobiernos para que la Directiva se aprobara de inmediato y sin modificaciones, pero hay que destacar el papel que jugaron los gobiernos de España y Francia, porque esta directiva nace a través de un férreo acuerdo entre Sarkozy y Zapatero, y sucesivamente, el Consejo la aprueba en sus líneas generales y la pasa a la Comisión para su redacción escrita.
Es un hecho grave, porque los gobiernos de Francia, España, los laboristas ingleses y los socialdemócratas alemanes presionaron a sus partidos para que sostuvieran el texto de la directiva en el Parlamento, y eso abrió un enorme debate en la bancada del Grupo Socialista.
Los tres partidos socialistas que actualmente están gobernando en sus respectivos países tenían un mandato taxativo de los gobiernos de aprobar esta Directiva.
Es por esto que, al momento del voto, el Grupo Socialista presentó algunas mociones para mejorar el texto, pero fueron rechazadas por la alianza de la derecha (NdR: Grupo Partido Popular Europeo - Demócratas Europeos, Grupo de la Alianza de los Demócratas y Liberales por Europa). Lo más grave fue que en el momento de la votación el Grupo Socialista se dividió: la mitad votó en contra, un 35 por ciento se abstuvo, incluyendo a los del Partido Democrático (PD) de Italia, y un 15 por ciento votó a favor. El voto contrario fue expresión de una parte de los socialistas, el Grupo Confederal de la Izquierda Unitaria Europea/Izquierda verde Nórdica (GUE-NGL) y el Grupo de los Verdes/Alianza Libre Europea (Verdes/ALE).
Al final, la Directiva fue aprobada con 367 votos a favor, 206 en contra y 109 abstenciones y es el resultado de la imprecisa democracia que hay en Europa, donde las leyes las proponen la Comisión Europea y el Consejo de la Unión Europea y sólo después se discuten en el Parlamento, es decir, no se originan desde el Parlamento como debería ser.
-¿Qué lectura podemos hacer de lo que ocurrió? Y además, ¿qué está pasando en Europa, si hasta los socialistas se dividen en la votación?
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Hay que hacer una aclaración. El problema con los socialistas es sobre todo un problema con Zapatero, a quien se le ve como un ejemplo a seguir, y en Italia hay mucha gente que mira hacia España o que sueña ir a vivir allá. Es cierto que durante su gobierno promovió las libertades civiles, pero sobre las políticas inmigratorias ha sido durísimo. Los CPT españoles son espantosos, así que la mano dura contra los inmigrantes no es algo nuevo para el gobierno español.
El voto fue un verdadero desafío público a 44 gobiernos del Sur del mundo desde donde llegaron críticas a la Directiva, entre ellos toda América Latina, menos Colombia, y casi toda África |
En términos más generales, lo que está ocurriendo en Europa es que su papel de gran potencia está en crisis, porque hay otras realidades, como por ejemplo China e India, que se están afirmando con fuerza como potencias mundiales.
La economía no va bien, aumenta la franja de poblaciones pobres en los países europeos, aumenta el nivel de inseguridad social y se desencadena la búsqueda de un culpable. Un chivo expiatorio externo es lo más “saludable”, y sobre la inmigración se descargan las tensiones sociales y las preocupaciones por un futuro que los gobiernos no están en la capacidad de garantizar.
La criminalización de los inmigrantes es, simplemente, otra cara de la moneda de la crisis del “Estado social”, de la caída de la ocupación y de los salarios. El objetivo es ofrecer un enemigo externo para protegerse de los problemas que existen en el país.
Una Europa “maniquea”, con una división muy marcada entre inmigrantes regulares con derechos y los irregulares que son tratados de forma inhumana, aunque los primeros llegaron ilegalmente porque son las mismas leyes que los obligan a llegar de esta manera.
-Las reacciones han sido muy fuertes en América Latina. ¿Qué es lo que se percibe en Estrasburgo de estas reacciones?
-Unos días antes de que se aprobara la Directiva, fuera y dentro del Parlamento se distribuyó un documento firmado por representantes de agencias gubernamentales de 44 países, entre ellos toda América Latina, menos Colombia y casi toda África. En este documento los países pedían un voto en contra de la Directiva. Hubo también el posicionamiento de diferentes Conferencias Episcopales e iglesias.
Es por eso que considero que el voto fue un verdadero desafío público a 44 gobiernos del Sur del mundo. En segundo lugar, a la carta que envió el presidente Evo Morales, a las declaraciones del presidente Hugo Chávez sobre la posibilidad de suspender el suministro de petróleo a la Unión Europea y a un mensaje menos duro del presidente brasileño Lula, se les dio bastante espacio en los medios de izquierda, mucho menos en la otra prensa escrita y radial y fueron totalmente soslayados por los canales televisivos, por lo menos en Italia.
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En Dialogo, Giorgio Trucchi
http://www.rel-uita.org/index.htm
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