domingo, 20 de octubre de 2013

Venezuela:SOBERANÍAS SEXUALES María Lionza y sus brujas ancestrales

 
Juan Pizzani Las culturas mosuo, en Vietnam y Juchitán, en México, son ejemplo de sociedades con dominante femenino. En estas regiones son las mujeres quienes tienen el control de las tierras, la producción y la mayor parte de las decisiones. Tanto en Asia como en México estas cepas sociales, donde la autoridad está en manos de mujeres, muestran una gran amplitud de criterios en lo concerniente a la igualdad social y que legitiman la diversidad genérica, sexual, étnica, cultural y de clase social. Estas mujeres no han expropiado el poder sino que trabajan desde el consenso,
ejerciendo autoridad y no el poder como lo conocemos en nuestro cotidiano y globalizado mundo machista.
 
En Venezuela no pareciera haber este tipo de sociedades, aunque muchos dicen que aquí mandan las mujeres y se escuchan expresiones como “mi mamá es la que manda”; esto solo es cierto dentro del ámbito doméstico y familiar. El precio que paga la madre de familia por su “autoridad” es, siempre, la renuncia a cualquier expresión sexual fuera de la normativa monogámica. Mientras que el hombre de la casa siempre podrá ir a fiestas, e incluso a burdeles, basta que a la mujer se le descubra un amante para que pierda todo tipo de privilegios.


Sin embargo, en Venezuela, en tierras yaracuyanas, donde la naturaleza es la misma reina María Lionza, tenemos un culto o religión cuya deidad regente es la mujer cósmica. Hablemos sobre este tema habiéndose celebrado el pasado 12 de octubre el Baile Candela, importante fiesta espiritual venezolana. Sorte alberga una enorme diversidad de expresiones espirituales. Para bien o para mal, vemos que peregrinos y peregrinas abarcan un rango que pasa por el espiritismo amerindio, la santería, la palería, entre otros. 

También vemos, año tras año, la presencia de caravanas o grupos de fieles representantes de la diversidad sexual —útil recurso para ayudar a descolonizar la noción de diversidad sexual—, desvinculándose de su supuesta relación con lo excéntrico y lo perverso. También cabe destacar que, desde sus inicios, el culto contempla lo sacro-transgenérico, al tener chamanes hombres y mujeres que reciben en sus cuerpos espíritus femeninos o masculinos indistintamente.


La mejor forma de saber si un sacerdote o sacerdotisa es auténtico(a) y sigue en verdad los designios de la reina es evaluando la humildad que él o ella profesen en su vida cotidiana y con sus ahijados. El cobro por trabajos espirituales, de haberlo, cuanto más elevado implica menos seriedad y compromiso con María Lionza.

 La bruja ancestral marialioncera no alimenta nunca su ego; al contrario, abre su corazón para llenarlo con la luz del Dios padre, la reina María Lionza y los santos espíritus de las distintas cortes. Parece que la forma más originaria del culto implica solo el uso del tabaco, la vela y las yerbas sagradas. Parece que la mejor forma de servir a la reina es siendo libre. Ella privilegia con su amor a sus ancestrales brujas mujeres.
fuente:ciudadCCS

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