lunes, 22 de diciembre de 2008

Guatemala: ¿Privatizar aeropuerto?



a la ciudadanía de este país no le agrada la idea de perder los activos nacionales en negociaciones pésimas


Como una broma de mal gusto o como un regalo navideño envenenado, el Vicepresidente de la República anuncia con el mayor desparpajo del mundo que el aeropuerto se podría privatizar, o como él dice sin mucho cuidado, hacer una alianza público-privada, para que mejore el servicio. Es la misma tonada que ya cantaron Berger o Arzú en la somatazón que se hizo de los activos del país.
¿Qué le pasa al Vicepresidente?

Creo que debería pensar en otros términos, pues la idea de convertirse en el adalid de las privatizaciones no le hace gracia a nadie, salvo a la iniciativa privada, a los neoliberales, que añoran la privatización definitiva del gobierno para comprar los cargos públicos y ministerios.
La principal causa de la derrota del partido de Arzú fue la privatización de Guatel y la EEGSA. Y la razón es que a la ciudadanía de este país no le agrada la idea de perder los activos nacionales en negociaciones pésimas y plagadas de corrupción.
No es creíble que se diga que ahora sí, que ahora las privatizaciones van a ser transparentes y todo ese discurso para dormir bobos.

Hay que recordar que hoy día, ni siquiera el FMI o el Banco Mundial recomiendan las privatizaciones y antes bien, se está generando una ola de estatizaciones de

bienes públicos
para revertir las privatizaciones absurdas que se hicieron en todo el continente hace una o dos décadas. Esto es algo que los asesores de Espada deberían saber antes de recomendar tonterías como la privatización del aeropuerto. Es cierto que el aeropuerto ha sido la manzana de la discordia.

Que en su construcción hubo corrupción, que se trasladaron partidas de educación, y que incluso se puso en duda la capacidad de la OACI en la ejecución de los fondos. Es cierto todo esto y hay muchos defectos más. Pero ni así se justifica la idea de privatizar el aeropuerto.
Además, como producto de políticas de achicamiento del Estado, éste fue llevado a su mínima expresión, pero sobre todo, lo que quedó fue sometido a la casi sobrevivencia, o al riesgo de la inanición. Un ejemplo de esto es el desmantelamiento del MAGA, que no permite ninguna política pública para el desarrollo rural.

Pero si algo se debe hacer es el fortalecimiento del Estado y ello para poder administrar obras como la del aeropuerto. Si algo nos demuestra la actual crisis del capitalismo a nivel mundial, es que lo privado no es buen administrador, y que no se puede confiar para nada en el mercado como el factor de equilibrio en nuestras sociedades. Hace falta un mejor Estado y un mejor aeropuerto. Punto.

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