Miguel Ángel Sandoval
Este inicio del 2009 es sencillamente favorable para las fuerzas progresistas y revolucionarias del continente latinoamericano. Hay procesos político-electorales, con éxitos en Bolivia, El Salvador, Venezuela y un proceso con otras características, en Colombia. Más allá de si nos gusta o no el desempeño de las diversas fuerzas y sus propuestas en los distintos países, hay que reconocer que existe aliento para pruebas de mucho mas calado a juzgar por los resultados de cuatro eventos.
Lo primero a destacar es que, con el resultado de las elecciones del 18 de enero, El Salvador, el FMLN se convirtió en la primera fuerza política del país con un resultado que les coloca como la mayor bancada de diputados en la asamblea nacional de ese hermano país.
Queda pendiente el resultado de la elección presidencial que, de acuerdo a todas las previsiones, deberá corresponder al candidato del FMLN, Mauricio Fúnes, a pesar de que en esta ocasión la derecha y todos sus aliados harán una cruzada para impedir que la exguerrilla llegue al gobierno. Esto sin duda debe ser matizado por la perdida de la alcaldía de San Salvador.
En Bolivia se aprobó una nueva constitución política el 25 de enero y fue sancionada por Evo Morales el 7 de febrero. Es una constitución que reconoce de manera constitucional, los derechos de los pueblos indígenas y ratifica la soberanía de los recursos naturales. En pocas palabras es la refundación de Bolivia. Es un hito histórico.
Y pocos días después, en Venezuela, Hugo Chávez y quienes le apoyan, hizo aprobar en un referendo una modificación constitucional que le otorga la facultad para poder ser postulado a reelección. En el estilo que le es propio, Chávez dijo que estaría al frente de la revolución bolivariana hasta el dos mil siempre… En este caso se trata de un proceso que por su naturaleza tuvo en su desarrollo alcance continental.
Un cuarto aspecto, que no tiene naturaleza electoral pero si amplio sentido político, es que en Colombia, las FARC, a pesar de todo, se han repuesto de un mal año 2008, y en 2009, parece que retoman la iniciativa. Al menos es lo que queda de la devolución de los rehenes de manera incondicional y con ello abriendo puertas para la solución política al ese viejo conflicto.
En pocas palabras, no hay nadie que de manera sensata pueda oponerse a una solución política en ese país, y a considerar a las FARC como la fuerza indispensable en ese proceso de solución política igualmente indispensable.
Quiero subrayar que estos cuatro procesos recientes, de los primeros meses de este año, de magnitudes y naturaleza diferente, son todos de alcances revolucionarios, y en el caso de Venezuela, de definición socialista, bolivariana, del siglo XXI.
Ya antes sabíamos de los éxitos electorales en Brasil, Argentina, Uruguay, Chile, Nicaragua, pero ahora, los resultados de estos eventos en inicio de 2009, nos llevan a pesar que una época de cambios es irreversible en el continente.
Agregaría algo más. En los casos de victorias electorales se trata de una ampliación de la democracia por la vía del instrumento que antes se opuso a todos los cambios, como es la democracia liberal al estilo latino.
No se trata de decir que la democracia liberal, siempre ha sido el camino para el continente, sino de subrayar que hay nuevas condiciones políticas que hacen posible que se esté produciendo un proceso de renovación de la vía democrática y sobre todo, popular. Se está, en pocas palabras, revolucionando la democracia. Y eso merece ser festejado.
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