"No hay nada potencialmente más sucio que una guerra escondida” Susan Sontag
Clara Ferri
Oaxaca, Oax.El 25 de noviembre de 2006 en Oaxaca, Oax., durante una manifestación de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO) de repudio hacia el gobierno autoritario de Ulises Ruiz, fueron arrestados 137 manifestantes y, como en el caso de Atenco, en el traslado del lugar del arresto a la cárcel 15 hombres y 34 mujeres sufren repetidas violencias y abusos sexuales por parte de elementos de la policía estatal, como testimonia Yésica Sánchez de la Liga Mexicana de Defensa de los Derechos Humanos (LIMEDDH), Sección de Oaxaca4. Hasta la fecha ningún policía ha sido condenado por los hechos.
VIOLENCIA SOBRE CIVILES
Castaños, Coah.El 11 de julio de 2006 un grupo de aproximadamente 20 soldados del XIV Regimiento Motorizado de Caballería, asignados a una casilla local para las elecciones presidenciales, entró en los locales “El Pérsico” y “La Playa” de la zona de tolerancia de Castaños, Coah., y violó brutalmente a 14 bailarinas y prostitutas que trabajaban ahí, bajo las miradas asombradas de clientes (luego golpeados y privados de sus pertenencias) y policías privados (desnudados y golpeados).
Castaños, Coah.El 11 de julio de 2006 un grupo de aproximadamente 20 soldados del XIV Regimiento Motorizado de Caballería, asignados a una casilla local para las elecciones presidenciales, entró en los locales “El Pérsico” y “La Playa” de la zona de tolerancia de Castaños, Coah., y violó brutalmente a 14 bailarinas y prostitutas que trabajaban ahí, bajo las miradas asombradas de clientes (luego golpeados y privados de sus pertenencias) y policías privados (desnudados y golpeados).
La razón de tanta violencia es la venganza: pocos minutos antes de la violación tumultuaria, el soldado José Agustín Álvarez Flores había sido alejado de los locales por su actitud rijosa y volvió poco después con sus compañeros. Las víctimas reportaron graves lesiones físicas y psicológicas. Una de ellas incluso quedó embarazada y tuvo una niña.
Narra una de las víctimas, Mimí, «Dijeron que ellos eran soldados, que eran superiores a cualquiera, que tenían derecho a hacer lo que quisieran. Además, nosotras éramos unas "putas" y para eso estábamos, para complacerlos en todo. Primero fue uno de ellos. Me tomó por la fuerza, me golpeó y me hizo mucho daño. Se portó como un loco, como un verdadero cobarde. Yo estoy acostumbrada a tratar con todo tipo de hombres y algunos son groseros, pero esto era muy diferente, los soldados disfrutaban con nuestro dolor, era como un juego perverso, en el cual todos querían ganar […] No tuvieron piedad. Era como si estuvieran poseídos o como si un odio irrazonable provocara su iracundo y depravado proceder […]
Me dolió y mucho. Eso que nos pasó no lo merece ninguna mujer. Fue como ellos quisieron. Me desnudaron y tuve que bailar mientras observaban y se reían. En todo momento me apuntaron con sus armas, me gritaron un sin fin de groserías, me humillaron, me hicieron sentir peor que basura […] Después de que abusaron de mí esos tres degenerados me llevaron junto a las demás. Nos pusieron desnudas de frente en una pared y simularon un fusilamiento. Tengo muy grabada la voz de uno de ellos que era el que daba las órdenes. Yo me sentí morir.
Es lo peor que me ha pasado en mi vida. Justo cuando esperaba el tiro que terminaría con mi vida, cerré mi ojos y recé, pensé en todo lo que hasta ahora había sido mi vida. Fue entonces que pude escuchar las risas, eran carcajadas burlonas, abrí mis ojos y dijeron “¡bang!”. Ese momento jamás se me olvidará, aún tengo pesadillas por las noches. Tengo miedo y siento que continuamente alguien me persigue, es horrible, como en un momento pueden arruinarte la vida para siempre ».5
La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) acepta entregar los presuntos responsables a la justicia civil, sólo después de que una corte marcial los juzgue, pero en los hechos encubre muchos nombres: sólo ocho militares –un oficial y siete soldados- son arrestados, mientras que otros dos presuntos responsables siguen prófugos y los demás elementos jamás serán identificados. La abogada defensora de las víctimas, Sandra de Luna, es amenazada por familiares de los acusados y las víctimas reciben repetidas amenazas de muerte y conspicuas ofertas de dinero a cambio de que se desistan de su denuncia. Sin embargo, sólo dos de las víctimas ceden a los chantajes.
Es el primer caso en la historia reciente de México en el que unos militares son juzgados ante un tribunal civil por violencia sexual. Pero el resultado es como mínimo desalentador: el 1º de octubre de 2007 el juez Hiradier Huerta emite una sentencia que condena sólo a cuatro militares a una pena que va de los 21 a los 41 años de cárcel, pero uno de ellos, Ángel Antonio Hernández Niño (condenado a 3 años y 9 meses) podría salir simplemente bajo fianza. Los otros cuatro son exonerados por falta de pruebas, porque una de las víctimas se rehusó a identificarlos.
Según el obispo de Saltillo, Raúl Vera, la sentencia «mantiene la puerta abierta para que miembros del Ejército Mexicano sigan realizando todo tipo de atropellos»6; en una carta abierta afirma que « es un mensaje a la nación de que la tropa mexicana tiene carta abierta para hacer “lo que quiera”»7. Y añade, «no son más que “signos de dictadura militar»8. Incluso el presidente de la CNDH, José Luis Soberanes, definió como “tibia” dicha sentencia. El Consejo de Guerra, tribunal militar, condenó a seis de los ocho imputados a una pena que va de 18 a 24 meses de detención, para cumplirse después de cumplir la pena civil, por delito de “abandono de las funciones de servicio”.
Michoacán
El 2 de mayo de 2007, con el pretexto de aprender a los asesinos de cinco soldados empeñados en operaciones contra el narcotráfico en el Estado de Michoacán, el ejército mexicano llega al punto de saquear las casas de los habitantes de Nocupétaro y secuestrar a cuatro trabajadoras menores de edad y la propietaria del restaurante local “La Estrellita”, Carmela Gamiño, a quien se le sospecha tener nexos con la banda narcotraficante de Los Zetas.
Las muchachas y la mujer, quienes fueron arrestadas a las 8 de la mañana, son subidas a un helicóptero, donde militares las amenazan con aventarlas al mar y empiezan las golpizas y los acosos sexuales: las jóvenes mujeres son narcotizadas y secuestradas por tres días. Tenidas con la cabeza tapada, son violadas y amenazadas de represalias hacia sus familias. Por los siguientes once días quedan bajo arresto en el Tutelar de Morelia, del que salen el 16 de mayo acompañadas de miembros de la CNDH y de sus padres.
Una de ella relata: « Una compañera y yo traíamos minifalda y nos la subieron. Nos bajaron las pantaletas y nos empezaron a tocar. […]Toda la mañana del 2 de mayo nos tuvieron en la casa de Carmela. Como a las tres o cuatro de la mañana nos subieron a un helicóptero, donde me aventaron bien feo. Caí de espaldas con las manos ya atadas; tenía mis manos atrás y caí con todo el peso en mis manos.
Después, ellos (los soldados) me agarraron de los pies, me levantaron y me aventaron otra vez boca abajo; caí de espaldas. Me pateaban en todo el cuerpo. Uno de ellos se me subió encima, para seguirme agarrando más»9.
Los soldados las intimidaban con frases del tipo: «¡Ahora sí, pinches putillas, hijas de perra, al cabo eso querían; ahora se las va a llevar la verga!»10. El ex general José Francisco Gallardo Rodríguez, quien fue detenido en 1993 por haber denunciado la violación de los derechos humanos en el ejército, afirma que «el Ejército ha sido históricamente “intocable”. La diferencia ahora es que tiene una participación activa en tareas que no le competen: seguridad pública y lucha contra el narcotráfico. […]
La impunidad empieza desde que los militares deambulan por las comunidades indígenas violando los derechos humanos de mujeres, hombres e infancia sin que haya una autoridad que los sancione, porque quienes incurren en estos delitos son juzgados en tribunales militares por “faltas a la disciplina militar”, no por las violaciones sexuales contra mujeres»11
1 Del video Rompiendo el cerco, del Canal seisdejulio, mayo de 2006.
2 Ibid.
3 http://www.jornada.unam.mx/ 2008/05/15/index.php?section=politica&article=018n2pol
4 http://www.jornada.unam.mx/ 2006/12/10/index.php?section=politica&article=014n1pol
5 Del discurso, “Prisionera de la vita”, que la víctima presentó en el marco del encuentro “Mujeres en Resistencia” que tuvo lugar en Oaxaca, Oax. del 26 al 28 de abril de 2007.
6 http://www.proceso.com.mx/ noticia.html?sec=1&nta=54251.
7 http://www.proceso.com.mx/ noticias_articulo.php?articulo=54822
8 Ibid.
9 http://www.proceso.com.mx/ noticias_articulo.php?articulo=51606
10 Ibid.
11 http://www.proceso.com.mx/
noticias_articulo.php?articulo=55916.
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