miércoles, 15 de julio de 2009

Halcones y "neocons" a la caza de Obama (parte 2)

art Emory Douglas
Fernando Dorado
Las víctimas perdonan pero no olvidan. Esa historia es de tal peso y su impacto es tan oprobioso, que si los mismos estadounidenses no nos ayudan, se vuelve un obstáculo para ver con claridad los detalles del actual entramado interno del imperio norteamericano, que hoy afloran.
Hay que entender también, que las concepciones políticas que se formaron durante el largo período de dependencia del imperio español y de colonialismo brutal y directo de Inglaterra y USA, limitan la capacidad para apreciar esas nuevas realidades.
El imperio que usted heredó vive hoy otro tipo de situaciones, el neo-colonialismo utiliza diversas formas de dominación y la crisis económica hace evidente nuevos fenómenos. Es claro que la política imperial debe terminar. Usted, posiblemente, sea un resultado de esa nueva realidad. YES WE CAN... ¡ES HORA DE CAMBIAR!

De nuestra parte, estamos empeñados en construir un mundo más democrático y equitativo. Nos estamos alimentando del espíritu de nuestros pueblos indo-afro-americanos, del cual usted, indudablemente – por sus orígenes -, también hace parte. Nos separan el idioma y algunas tradiciones heredadas de dos regiones muy diferentes de Europa. Lo anglosajón los marcó a ustedes y a nosotros nos determinó lo ibérico.
Pero si fortalecemos la verdadera democracia, si desarrollamos la participación y el protagonismo de los pueblos, nos podremos encontrar en algún punto y momento. Sus antecesores fundadores también aprendieron – muchas cosas – de los pueblos indios (Liga de las seis naciones iroquesas).
Los segregaron… SÍ, pero se alimentaron de sus formas de organización ancestral. Allí, en esa tradición nativa, encontraron el reemplazo a las monarquías y le dieron estabilidad – por entonces - a su naciente democracia. Ello debe acercarnos e identificarnos.

Le queremos manifestar a Usted y a su pueblo, que no queremos hacerles el juego a quienes quieren más agresión y militarismo. Rechazamos tanto a los que aúpan conscientemente la guerra porque viven de ella, como a los que todavía creen – ingenuamente –, que el mejor método de liberarnos de la dominación económica y política es con las armas y la confrontación bélica.
Queremos reivindicar los métodos basados en la teoría de la resistencia pacífica ideada por el pensador norteamericano Henry David Thoreau, aplicada por Gandhi para conseguir la independencia de la India del imperio inglés, y desarrollada por Martin Luther King en la gloriosa gesta de los negros norteamericanos… sus hermanos.
Esa misma resistencia pacífica es la que hoy se está levantando en Latinoamérica, encabezada por los pueblos originarios de América. Esa fuerza serena y reposada fue la que restableció en el gobierno al presidente Chávez en Venezuela, durante el golpe de 2002. Es la que hoy resiste en Honduras enfrentando la represión violenta de los golpistas.
Es la fuerza de los pueblos que nutre nuestros procesos democráticos y que se expresa de manera profunda, consciente, masiva, pacífica y firme en nuestra América. Ese espíritu es el que está al frente de la nueva civilidad indo-afro-americana en formación.

Por ello, en honor a la ética política que profesamos, en aras de la decencia entre demócratas, ahora que usted está bajo fuego enemigo, no vamos a convertirlo en nuestro objetivo de ataque. Somos solidarios con la lucha que Usted se ha planteado y sabemos de sus dificultades. Pero, es necesario que se ayude y nos ayude.
Requerimos de actos inmediatos que contribuyan a generar confianzas. No podemos dejar que los “gorilas hondureños” apoyados por los militares colocados allí por su “enemigo interno”, masacren al pueblo de Honduras.
Una misión conjunta, jurídica y militar, de todos los países de América, avalada por la OEA y la ONU, debe intervenir para garantizar – por lo menos – el respeto de los derechos humanos en ese país.
¡Es una misión humanitaria urgente que hay que organizar YA! Dicha fuerza debe garantizar un ambiente para que los diversos sectores sociales tengan espacios y escenarios para manifestarse con libertad y amplitud. Es lo único que finalmente va a permitir que la democracia y la voluntad del pueblo, cualquiera que sea, se imponga en ese país en forma pacífica.

No le exigimos bloqueo económico a la nación hondureña porque como en el caso de Cuba es el pueblo el que lo va a sufrir. Además, dicha acción no va a resolver el problema actual y sería legitimar medidas unilaterales de fuerza, que no las queremos. No le demandamos acciones que les den oportunidad a sus enemigos para acusarlo de traidor a su patria.
Somos pacientes y esperamos que Usted – apoyándose en su pueblo y en los millones de migrantes latinoamericanos – arrincone y derrote a quienes en verdad son un peligro para su nación, los pueblos del mundo y la humanidad en general. Estamos dispuestos a ayudarlo en esa tarea.

Si nos unimos con claridad, respeto mutuo y seriedad en esa tarea, vamos a hacer de América ese “Nuevo Mundo” que se imaginaron los ingleses rebeldes que colonizaron Norteamérica. Pero ahora, lo haremos re-creando la Civilización Indo-Afro-Americana, recuperando la fuerza interior y la energía de los pueblos originarios americanos y africanos, no para ser un imperio más poderoso, sino para unir al mundo entero en la construcción de un mundo mejor para todos y todas.
Los humildes, los trabajadores, los oprimidos y los demócratas de América Latina ya estamos impulsando esa tarea. Esperamos que usted encabece a su pueblo y se sume a nuestro esfuerzo. Es lo menos que podemos hacer.

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