lunes, 31 de octubre de 2011

La doctrina de defensa en Unasur con recursos naturales como pilares

La región debe ser un bloque de paz - Consejo de defensa: recursos naturales, en su calidad de estratégicos, son factores de altísima importancia
Agustín Argento (Télam)

La defensa de los recursos naturales se constituye en uno de los pilares de una futura doctrina regional en materia defensiva,Al respecto, y pese a las divergencias que enfrentaron a países del bloque, el Consejo de Defensa de UNASUR se estableció como una instancia de diálogo que permitió solucionar conflictos como el desatado con Colombia en 2009, cuando Bogotá autorizó a Estados Unidos a utilizar bases militares en su territorio.
 en una Unión de Naciones Suramericanas.
 (UNASUR) en la que conviven diferentes visiones en la materia, opinaron funcionarios y académicos.


“Los recursos naturales, en su calidad de estratégicos, son factores de altísima importancia que pueden ser deseados por países de otras regiones” dijo a Télam el secretario de Asuntos Estratégicos y Militares del Ministerio de Defensa, Alfredo Forti.
En ese marco, el funcionario reconoció que en UNASUR “ningún Estado puede defender sus recursos por sí solo”, por lo que en la región “se prefigura una doctrina de defensa disuasiva”.


A su vez, el director de la Escuela de Defensa Nacional, Germán Montenegro, señaló que “a lo largo de la historia, los conflictos han sido por recursos”, aunque también indicó que “Sudamérica hoy no enfrenta amenaza externa alguna”.
Sin embargo, Montenegro afirmó que, por el momento, la defensa de los recursos “sólo forma parte del discurso político”, pero resaltó la importancia que el Centro de Estudios Estratégicos para la Defensa (CEED) tendrá “en el análisis de situaciones que puedan llegar a afectar al bloque”.


Ambos funcionarios advirtieron que uno de los déficits encontrados antes de la creación del CEED era la falta de información sobre los recursos naturales de la región. Además, la mayoría de la misma yacía en publicaciones de instituciones extra regionales.
“La existencia de una visión común es una gran novedad.
Aunque lo que todavía no está instalado -y debe ser incluido- es la importancia de los recursos naturales en el cuidado del medio ambiente”, opinó el profesor de la Universidad de San Andrés Khatchik Derghougassian. De todas formas, el docente observó que “no se debe proyectar la defensa en términos de una amenaza, sino atender las vulnerabilidades que existen en la región”.


La temática está planteada y tomó forma en mayo pasado, cuando los ministerios de Defensa sudamericanos dieron origen en Argentina al CEED, intentando echar por tierra las dudas sobre cómo se podrían zanjar las diferencias entre los países.
Las desacuerdos no sólo están en el campo ideológico.
Las normativas sobre lo que para algunos Estados entra en el ámbito de la seguridad y para otros en el de la defensa, también forman parte de las discrepancias.
Claro ejemplo de ello es la utilización del Ejército en Colombia para atacar el narcotráfico o en Brasil para combatir al crimen organizado en las favelas, situaciones de las que en Argentina forman parte la seguridad interior por ley sancionada en el Congreso.


Pero estas diversidades deben ser contextualizadas “dentro de la realidad de cada país y en el respeto de la soberanía”, según había dicho la ministra de Defensa de Bolivia, María Cecilia Chacón Rendón, en la inauguración del centro. Montenegro explicó que “las fuerzas armadas de Sudamérica siempre tuvieron buena relación y, en la actualidad, esta concordancia ha encontrado su contraparte en la actualidad política”.


“La acción del Consejo de Defensa en el conflicto por las bases estadounidenses en Colombia o por la incursión colombiana en suelo ecuatoriano para atacar un campamento de las Fuerzas Armadas Revolucionarias Colombianas (FARC) en 2009, son un ejemplo de diálogo entre los gobiernos”, fundamentó Forti. Derghougassian, por su parte, afirmó que el establecimiento de objetivos comunes se ve facilitado porque “no se observan hoy amenazas intrarregionales”.


Pese a que la temática de Defensa gira siempre en torno a conflictos armados, el camino hacia una doctrina no establece la creación de una alianza militar como la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), sino que persigue el objetivo de apuntalar a la región como un “bloque de paz”. “Las naciones de América latina, y en especial de Sudamérica, han apuntado siempre a la institucionalización y en ello han marcado jurisprudencia”, aseguró el titular de la Escuela de Defensa.


“La región debe ser concebida como una zona de paz, con el reemplazo de las tesis tradicionales basadas en hipótesis de conflictos fronterizos. Claramente, hay una voluntad para avanzar hacia la integración”, sostuvo Forti en su despacho del Ministerio de Defensa.
A estos desafíos, enmarcados en sistemas democráticos, Derghougassian añadió una condición fundamental para que la integración llegue a buen puerto: la de ampliar el debate a los círculos académicos y a la ciudadanía, porque “cualquier empresa que no tenga el respaldo de la sociedad, terminará fracasando”.-

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