AVN 17 de ocutubre, Los economistas occidentales, que continuamente predicen el fin de la economía de Venezuela, siempre se han equivocado, sostienen el economista Mark Weisbrot y el investigador norteamericano Jake Johnston, del Centro para la Investigación Económica y Política (CERP, por sus siglas en inglés), con sede en Washington DC, Estados Unidos. En su reporte "¿Es sostenible la recuperación económica de Venezuela?", Weisbrot y Johnston
destacan que "las predicciones del colapso económico, la balanza de pagos o la crisis de la deuda y otros pronósticos sombríos, así como muchas previsiones económicas a lo largo del camino, han demostrado estar erradas en repetidas ocasiones". En contraste con esos "augurios", ambos analistas concluyen que, de acuerdo a los indicadores de Venezuela, el crecimiento económico del país "es sostenible y podría continuar al ritmo actual o posterior durante muchos años".
Las predicciones mediáticas
Tras el triunfo del presidente Hugo Chávez el pasado 7 de octubre, los analistas de nuevo han lanzado sus predicciones sombrías sobre el futuro económico del país. Una nota de la semana pasada elaborada por la agencia de noticias económicas Bloomberg presentó declaraciones de economistas de los grupos de banca de inversión Goldman Sachs, Standard Chartered Bank y Moody's Analytics Inc. Todos pintaban un panorama oscuro para el país suramericano.
Robert Hunziker, un estadounidense experto en Historia Económica, antiguo gestor de fondos de cobertura de riesgos y ahora negociador profesional independiente para las transacciones de materias primas, llama la atención sobre las constantes proyecciones negativas contra Venezuela aunque su situación fiscal y de deuda son favorables.
Hunziker destaca que la proporción de la deuda venezolana con respecto a su Producto Interno Bruto (PIB) es "muy cómoda" y mucho mejor que la que registran Estados Unidos, Reino Unido y los países europeos. La deuda púbica representa 45,5% del PIB, mientras que en la Unión Europea este porcentaje crece hasta 82,5%. Pese a ello, "la calificación de los bonos emitidos por el Gobierno venezolano que coloca Standard & Poors es de BB-, un grado especulativo".
Estimó que esta valoración tiene que ver con la política soberana de Chávez y no con factores estrictamente económicos. "Este puede ser el resultado de la elección de Venezuela por el socialismo como su sistema socioeconómico, así como la inclinación de Chávez por la nacionalización de los recursos naturales", escribió en su artículo Venezuela y la maravilla de la igualdad, publicado en el sitio web Disident Voice.
Venezuela luce fuerte
Para Hunziker, el país tiene una fortaleza económica indiscutible. "Con base en el hecho de que los mercados bursátiles reflejan, y también anticipan, los resultados económicos, Venezuela luce fuerte, asumiendo que los bonos venezolanos no sean impulsados al alza por las presiones inflacionarias más que por los ingresos 'reales'", explica Hunziker.
Además, señala que el diario económico The Wall Street Journal admite que el mercado de bonos venezolanos "es, de lejos, el mercado de valores de mejor desempeño en el mundo, alcanzando un máximo histórico en octubre de 2012, y los bonos de Venezuela tienen algunos de los mejores resultados en los mercados emergentes".
En el primer semestre de 2012 la economía venezolana creció 5,6%. La nación petrolera "tuvo una tasa de crecimiento de casi 10% durante 22 trimestre consecutivos, que no la tuvo ningún país en América Latina", recordó en septiembre el ministro de Planificación y Finanzas, Jorge Giordani, al anunciar las cifras.
Este ascenso consecutivo ocurrió hasta 2009, cuando, producto de la crisis económica mundial, se revirtió la tendencia al alza y el PIB cayó 3,3%. Sin embargo, a finales de 2010 se recuperaron las finanzas del país y el siguiente año su economía creció 4,2%, desafiando la mayoría de las previsiones, incluidos los desacertados pronósticos del Fondo Monetario Internacional (FMI).
Si bien Hunziker advierte que la tasa de inflación del país es un problema que debe ser controlado, destaca que el indicador mantiene una tendencia a la desaceleración al variar 11,5% en los nueve meses de 2012, muy por debajo del 20,5% registrado durante el mismo lapso de 2011.
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