Miguel Ángel Sandoval
“Es el gobierno golpista de Ríos Montt el cuestionado y el golpista y dictador el condenado. Es a éste, que sus abogados dormilones e incompetentes, no pudieron defender, porque era indefendible. Es delirante que pretendan victimizar al arquetipo del genocidio nacional.”
Con actitudes viscerales, un conjunto de personas parten, lanza en ristre, a la búsqueda de comunistas o terroristas como responsables de la vergüenza nacional, que según ellos, significa el fallo judicial que condena a Ríos Montt por genocidio. La idea de fondo es que con
el fallo condenatorio, se caerían las inversiones extranjeras y disminuiría el turismo. Mientras olvidan que Ríos Montt encabezo un golpe de estado, gobernó por decreto, con tribunales de fuero especial, sin constitución, devino un dictador, y desato la más brutal de las matanzas en la era moderna.
Me parece, por el contrario, que somos mal vistos cuando al conocer un fallo judicial que tiene en su base el horror de las matanzas documentadas por peritos, testigos, filmes, pruebas forenses y otras, no existe la mínima reacción de pena por la victimas-testigos y se les llega a acusar de falsificar testimonios, de inventar historias, al tiempo que sacan del baúl del siglo pasado las acusaciones delirantes de complots dirigidos por países de todo el mundo. Y como guinda del pastel, arremeten en contra de un fallo judicial que no les favorece.
No se dan cuenta que si algo hizo el proceso contra ríos Montt principal acusado, fue apostar por la consolidación de la justicia, por el fortalecimiento de la democracia y por la búsqueda de la conciliación nacional. Pero sordos, ciegos y testarudos, niegan lo ocurrido durante los años de la tierra arrasada y genocidio, y se dedican a toda clase de amenazas, veladas o abiertas, en lugar de ponerse a trabajar por la conciliación nacional y por la democracia de verdad en Guatemala.
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