El País,Maite Rico:¿Cual objetividad?

¿Cuál objetividad?
Miguel Ángel Sandoval

Colombia es en la actualidad, un país que proporciona información para todos lados. Hay guerrilla, gobierno democrático contrainsurgente, paramilitares, narcotráfico en el gobierno según unos, en la guerrilla según otros, presencia de los EEUU, participación de Hugo Chávez en aspectos del conflicto armado como mediador para la liberación de secuestrados, entre quienes se encuentra una colombo-francesa, bombardeos sobre territorios vecinos como el Ecuador, y muchos temas que hacen que sea un país mediáticamente interesante. Y El País de España no podría quedarse fuera de la jugada. Sin embargo…

Uno de los aspectos que mas llaman a la reflexión es la "cobertura" que el diario El País de España, tiene del tema colombiano. Sin duda una enviada especial, dice del interés que existe. No obstante, cuando se conocen las credenciales de dicho enviado o enviada, las cosas adquieren otra dimensión.
En efecto, la enviada especial es Maite Rico, quien en el pasado escribió sendos libelos sobre dos temas de sumo interés: la rebelión de Marcos en México y el asesinato del Obispo Juan Gerardi en Guatemala.

En el caso mexicano la obra, escrita al alimón con su compañero de ruta, Bertrand de La Grange, tiene el sugestivo titulo de Marcos, la genial impostura, en donde da rienda suelta a todas las informaciones que el ejército mexicano y los servicios de inteligencia de ese país han puesto a circular.
Por supuesto que la información es de manera general bien articulada, y se presenta de tal forma que se le puede, inicialmente, conferir cierto grado de credibilidad. Pero una vez pasada la sorpresa, los datos fríos se imponen y se cae en la cuenta que se trata de informaciones que constituyen, como se dice en el medio periodístico, "carne podrida". Esto es, información aparentemente buena pero que tiene ya cuota de desinformación procesada por órganos de inteligencia del estado. Es un truco viejo pero no por ello menos efectivo.

Otra de sus embestidas fue en Guatemala, al escribir el texto La muerte del obispo, que desnaturaliza todo el proceso realizado para hacer justicia a los autores del asesinato del Obispo Juan Gerardi Conedera.
El sistema es el mismo. Buena mano para la escritura, datos más o menos ciertos, pero sobre todo, información procesada por los servicios de inteligencia con el ánimo de desviar las investigaciones de los objetivos centrales. En el caso guatemalteco el objetivo es liberar de sospecha a los integrantes del estado mayor presidencial que las investigaciones dan como responsables razón por la cual se encuentran en prisión.

Pero sobre todo, no dejar que la razón política de fondo por la cual fue asesinado el Obispo circule y sea conocida. Me refiero al trabajo de documentar las violaciones a los derechos humanos cometidas por el ejercito durante el conflicto armado contenidas en el informe de recuperación de la memoria histórica conocido como Rehmi.

Lo grave del asunto es que luego de derramar toda esa desinformación, se mudan de país para iniciar de nuevo en otro. Y ahora escogieron Colombia. Demás esta decir, que la trayectoria de estos periodistas, les permite trabajar con alguna credibilidad para dar rienda suelta a la desinformación que desde los servicios de inteligencia del estado se tira al mercado.
Y ahora, como no podría ser de otra manera, son el canal perfecto, en este caso Maite Rico, para difundir la desinformación sobre el computador de Raúl Reyes y la supuesta vinculación de éste con Chávez y Correa.
Que por lo demás, no debería ser motivo de escándalo, pues cuando se buscan salidas políticas, lo usual es conversar con medio mundo, sea de forma oficial, extraoficial, privada, secreta o como se pueda. Y esto no es motivo para construir escenarios de conspiración, ni nada por el estilo.

No tardará mucho tiempo antes de que produzcan otro libelo, solo que ahora sobre las guerrillas colombianas y sus aliados, que como no puede ser de otra manera, corresponden a los que ha designado y satanizado el departamento de estado, y otros organismos de seguridad de los gobiernos establecidos.
Sin duda habría que seguir la pista a esta manera de generar información falsa, acusaciones infundadas, que de manera general, tienen el visto bueno de los organismos de inteligencia de los países donde hacen sus buenas acciones. Así fue en México, es lo mismo en Guatemala y ocurre lo mismo en Colombia. Quienquiera ser sorprendido, pues ya ni modo. Pero prevenir es de amigos.