Tres años después de que las autoridades anunciaron el arresto del guerrillero Simón Trinidad como una victoria en el combate a las drogas, el Gobierno estadounidense pidió ayer a un juez federal que desestime los cargos de tráfico de cocaína en su contra.
En el 2005, Ricardo Palmera, cuyo alias es Simón Trinidad, se convirtió en el primer miembro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc) en ser extraditado para ser juzgado en Estados Unidos.Pero hallar culpable a Palmera resultó ser más difícil de lo esperado, pues sus dos juicios fueron anulados por falta de veredicto.
El vocero del Departamento de Justicia Paul Bresson dijo en marzo que el juicio podría “ayudar a consolidar la responsabilidad de amplio alcance del departamento para proteger la seguridad pública al retener a aquellos que son responsables de sus delitos”.
Un mes después, los jurados volvieron a fracasar en lograr un veredicto. Ayer, los fiscales presentaron un documento judicial breve solicitando que se retirara el caso “en interés de la justicia”. Esos pedidos son concedidos rutinariamente.
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