TODOS SOMOS DE SAN JUAN.
Miguel Ángel Sandoval
Como las cosas en Guatemala son siempre de pronóstico reservado y la construcción de escenarios no es el fuerte de nuestra clase política, menos el análisis prospectivo, resulta que el mejor método para analizar las crisis es el de no tener método, pues apenas esta uno estudiando un clavo y sus consecuencias, cuando otro nuevo viene encima y a recomenzar con la historia. Especialmente porque tenemos memoria de gallo.
Y encima de todo, como que ya perdimos la capacidad de asombro. Así no sería nada extraño que mañana nos sorprenda el día con una guerra contra Belice o El Salvador, o una quiebra en cascada de bancos especuladores del sistema primitivo que tenemos en el país. Así somos de impredecibles. Pero lo mas grave, es que todo nos parece normal. Nada nos preocupa, nada nos moviliza, o al menos es lo que parece.
Toda esta perorata viene a cuento porque luego del escándalo que se trajo al piso a dos o tres personajes de la vida nacional, con el jineteo de plata del congreso, ayer amanecimos con la noticia de que unos mil, dos o tres mil policías y soldados habían invadido comunidades de San Juan Sacatepequez para impedir que los vecinos protestaran contra la instalación de una cementera, que amenaza con dejar sin recursos a la población local.
Pero este tema que si es un escándalo real, parece que deja sin reacción a la mayoría de sectores de la vida nacional. Y todo porque se sigue pensando que los vecinos se oponen al progreso, al desarrollo y a la propiedad privada y la libertad empresarial. Como si el mundo comenzara y terminara con estas vulgaridades.
Aquí es necesario recordar que no hace muchos meses, la población de las comunidades dijo no a la cementera por la vía más legal y más democrática que existe, la consulta popular al amparo del convenio 169. En efecto, en mayo 2007 se realizó una consulta comunitaria en las 12 comunidades que están en el área minera del municipio. El resultado fue un rechazo total a la explotación minera, con 8936 votos en contra y 4 votos a favor.
Pero la empresa cementera no hizo caso de tal consulta y el gobierno de entonces tampoco valido esa consulta y siguieron trabajando. Las razones de ello no hay que buscarlas lejos. Ahora resulta que el gerente de desarrollo sostenible de la empresa Progreso, es el exgerente de la vicepresidencia del gobierno de Berger. Con ello se dice mucho de porque no fue respetada la consulta popular por el gobierno anterior. Y todo ello no forma parte de las preocupaciones del actual estado de prevención.
La verdad de todo esto es que no se puede gobernar como si los pobladores de la zona no tuvieran derechos, pues si algo les asiste es la razón y el derecho. Una consulta popular no es algo que se pueda desechar por las actuales autoridades ni menos fingir demencia para justificar todas las maniobras de una empresa cementera.
No es cierto como dice el gobierno que conoce la manera en que trabajan los vecinos de San Juan. Lo que evidencian es su desconocimiento de la manera en que los sanjuaneros viven y sienten una agresión como la de la empresa cementera que terminaría con sus plantaciones de flores, de hortalizas, el agua el bosque y muchas especies vegetales y animales, y que dejaría a las comunidades a merced de la enorme contaminación de empresas como la que se pretende montar a pesar del rechazo social y legal de las comunidades.
Finalmente creo que sería de suma importancia saber que en un instituto de altos estudios estratégicos vinculado al ministerio de la defensa, no hace mucho tiempo se construyó un escenario sobre el tema actual entre vecinos y cementera, y la conclusión fue que la única alternativa era que la cementera se fuera a otra parte, que mejorara sus estándares y que en las nuevas instalaciones respetara a la comunidad, pusiera filtros en sus hornos, etc. Es el signo de los tiempos y es algo que el actual gobierno debería de saber, pero sobre todo, entender.
No se puede gobernar con represión, y en el caso presente se debe dejar libres sin condiciones a 43 vecinos que lo único que han hecho es defender sus derechos. No ver esto es padecer de la miopía política que acompaña el ejercicio del poder.
Finalmente este 26 de junio estaré con trabajadores y trabajadoras manifestando por el alza en el costo de la vida, por el empleo, y por los derechos del pueblo de San Juan. Nos vemos en el OBELISCO.
No hay comentarios:
Publicar un comentario