Maputo, Mozambique
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• La soberanía alimentaria: echando al capital especulativo fuera de los alimentos, y re-nacionalizando la producción y las reservas de alimentos, se ofrecería la única salida de la crisis alimentaria. Solo la agricultura campesina alimenta a los pueblos, mientras que el agronegocio produce productos de exportación y agrocombustibles para alimentar a los automóviles en lugar de los seres humanos. La soberanía alimentaria basada en la agricultura campesina ofrece la solución a las crisis.
• Frente a las crisis energéticas y climáticas: la diseminación de un sistema alimentario local, que no se basa ni en la agricultura industrial ni en el transporte a larga distancia, eliminaría hasta un 40% de las emisiones de gases de efecto invernadero. La agricultura
industrial calienta al planeta, y la agricultura campesina enfría al planeta. Un cambio en el patrón de transporte humano hacía el transporte colectivo, y otros en los patrones de consumo, son los pasos adicionales necesarios para hacernos frente a las crisis energéticas y climáticas.
• La reforma agraria genuina e integral, y la defensa del territorio indígena: son esenciales para revertir el despojo en el campo, y para poner la tierra a producir alimentos en lugar de exportaciones y combustibles.
•La agricultura campesina sostenible: solo la producción campesina agroecológica puede desvincular el precio de los alimentos del precio de petróleo, recuperar los suelos degradados por la agricultura industrial, y producir alimentos sanos y cercanos para nuestros pueblos.
• El avance de las mujeres es el avance para todos: El fin de todos los tipos de violencia hacía la mujer, incluyendo la física, la social y otras. El alcance de la verdadera paridad de género en todos los espacios internos e instancias de debates y toma de decisiones son compromisos imprescindibles para avanzar en este momento como movimientos de transformación de la sociedad.
• El derecho a la semilla y al agua: La semilla y el agua son las fuentes de la vida, y son patrimonios de los pueblos. No podemos permitir su privatización, ni la siembra de semillas transgénicas o de tecnología terminator.
•No a la criminalización de la protesta social, si a la Declaración de Derechos Campesinos en la ONU, propuesta por la Vía Campesina. Será una herramienta clave en el sistema legal internacional para fortalecer nuestra posición y nuestros derechos como campesinos y campesinas.
•La juventud en el campo: Urge abrir cada vez mas espacios en nuestro movimiento para la incorporación de la fuerza y creatividad de la juventud campesina, con su lucha por construir su futuro en el campo.
•Finalmente, nosotros y nosotras producimos y defendemos los alimentos
de todos y todas.
Todos y todas los participantes en la V Conferencia de la Vía Campesina nos comprometemos a la defensa de la agricultura campesina, a la soberanía alimentaría, a la dignidad y a la vida. Nosotros y nosotras ofrecemos soluciones reales a la crisis global que enfrenta el mundo de
hoy. Tenemos el derecho de seguir siendo campesinos y campesinas, y tenemos la responsabilidad de alimentar a nuestros pueblos.
Aquí estamos los campesinos y campesinas del mundo, y nos negamos desaparecer.
Soberanía alimentaria YA! Con la lucha y la unidad de los pueblos!
¡Globalicemos la lucha! ¡Globalicemos la esperanza!
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