El crecimiento económico experimentado en la región desde el 2000 no ha sido capaz de reducir la desigualdad en los ingresos a nivel de género y etnicidad, afirma un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) dado a conocer el 12 de octubre.
El documento, titulado “Nuevo siglo, antiguas disparidades: Brechas de salarios por género y etnicidad en América Latina”, se basa en el análisis de datos de hogares de 18 países latinoamericanos (Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Uruguay y Venezuela). La investigación encontró que “las mujeres y las minorías étnicas se encuentran claramente en desventaja”.
“Las mujeres de la región ganan menos que los hombres, incluso a pesar de ser más educadas”, sostiene el BID. “Una simple comparación de ingresos promedio indica que los hombres ganan 10% más que las mujeres. Pero cuando los economistas comparan hombres y mujeres con iguales edades y niveles de educación, la brecha de ingresos llega a 17%”.
En siete países donde existe información sobre etnicidad —Bolivia, Brasil, Chile, Ecuador, Guatemala, Paraguay y Perú— se encontró que las minorías indígenas y afrodescendientes ganan en promedio 28% menos que la población blanca. No obstante que esta situación ha sido denunciada innumerables veces, para Hugo Ñopo, autor principal del estudio, “las políticas destinadas a reducir estas desigualdades todavía están ausentes. Superar esa situación es más que un imperativo moral; es una estrategia esencial para reducir la pobreza en la región”.
De igual forma, el seminario “Las mujeres afrodescendientes y la cultura latinoamericana: Identidad y desarrollo”, llevado a cabo en Montevideo, Uruguay, a fines de setiembre, al que asistieron representantes de 17 países de la región, reveló que la incidencia de la extrema pobreza entre indígenas y afrodescendientes es el doble que en el resto de la población.
Rebeca Grynspan, directora para América Latina del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), resaltó la falta de información estadística sobre la situación de la población negra. “Los datos demuestran que hay que superar la tiranía de los promedios, que esconden más de lo que reflejan”, dijo Grynspan. “La desigualdad no es sólo resultado de la discriminación del pasado, sino que tiene lugar en la actualidad”. Para Grynspan, el exceso de pobreza es resultado de un exceso de desigualdad. “El desarrollo es incompleto mientras persistan formas de discriminación”, dijo
www.noticiasaliadas.org/articles.asp?art=5965
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