EL POPOL WUJ DE SAM COLOP
M.A. Sandoval
El miércoles 19 de noviembre se presentó en el salón municipal de San Lucas Sacatepéquez la versión del Popol Wuj traducido del quiché, con notas aclaratorias, por Luis Enrique Sam Colop.
El texto, del cual existen varias versiones, es ahora traducido del manuscrito original (que es la versión de Fray Francisco Ximénez) del texto original quiché. Esta nueva traducción revive el lenguaje poético del texto antiguo de los Quichés.
Sin duda es un acontecimiento el que vivimos en San Lucas. Como dice en la contraportada de la edición, “Por fin, después de trescientos años, ya contamos con un nuevo traductor del Popol Vuj hablante y escritor de la lengua kiche” como lo dice Denis Tedlock, estudioso de la obra.
La obra de Sam Colop, lingüista y escritor, fue comentada de manera magistral por Francisco Pérez de Antón y Humberto Ak’abal, quien lo que efectivamente hizo fue la lectura de dos fragmentos del libro tanto en la versión Quiche de Sam Colop, como en la versión en español del mismo autor.
Quiero destacar algo que comentaba Pérez de Antón, un escritor estudioso del Popol Wuj, quien me decía que la versión presentada ahora por Luis Enrique Sam Colop, podría ser considerada la versión definitiva, pues la misma fue realizada utilizando el original conocido, la finura poética de un lingüista, varios años de estudio, y el apoyo de unas cuatrocientas citas a lo largo del texto, aclarando partes que aún presentaban alguna dificultad en la comprensión del texto.
Así, los antiguos no vinieron del otro lado del mar, sino que del lado del mar. Con ello se aclara un punto central. Solo esta nota valdría para justificar la nueva traducción.
Es sin duda un acontecimiento intelectual en donde hay elementos que es necesario destacar. Se hizo en un municipio maya, la edición es de Cholsamaj, editorial que se especializa en presentar textos vinculados con las preocupaciones de los pueblos indígenas, se contó con la presencia de la Premio Nobel de la Paz, de origen quiché, y se leyó partes del texto por un poeta universalmente conocido, de origen quiché.
La lectura de este texto, con forma y ritmo poético, debería ser automática en nuestras escuelas y universidades, y las autoridades de floricultura, por cierto ausentes en este acto, bien harían en recomendar su uso en todos los ámbitos en donde trabajan.
No se trata de una traducción más. Se trata de una versión, como lo advierte uno de los mayores estudiosos de la cultura maya Robert Carmack, que es la que hacía falta. Es como ya decía, la traducción que esperamos tantos años.
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